Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Observaba distante el movimiento de la laguna frente a Kaen'ha. Se sentía pacífico, y lindo... Podía sentir todas mis preocupaciones irse como el aleteo de un colibrí en primavera.
"Escama Azul!" Gritó Ron, uno de los guerreros de Arbión.
Aghhh... Ahí se va mi paz. Suspiré con enfado a mis adentros, mientras me levantaba del fresco pasto.
Acompañé al joven de vuelta a la pequeña ciudad Targoniana, mientras discutíamos sobre la producción de la comida y la gestación de nuevos animales con el ganado que habíamos traído en nuestros barcos.
Hace semanas que traté con el viejo y su estúpida moneda. No pueden dejarme en paz?! Desearía tener un buen licor de Piltover conmigo...
"... y entonces tendría que deci-... Está escuchando, escama azul?" Preguntó con extrañeza Ron.
"Por supuesto! No cuestiones mi autoridad y vete a hacer exactamente eso." Le dije al joven mientras me escabullía entre las calles del pueblo, buscando protegerme de los problemas.
Cuando conseguí escapar del leal soldado comencé a vagar por las grandes e iluminadas calles, sintiendo el cómodo calor del sol en mi rostro.
Comencé a aburrirme, pero justo capté algo con mi increíble olfato. Era... Justo lo que necesitaba.
Y además estaba en una pequeña casa que ya reconocía! Me agarré de un salto al marco de la puerta principal, y de otro salto al pequeño balcón de la casa, para poder entrar por la ventana abierta que daba justo al salón.
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"Vaya vaya. El olor trajo a una gata callejera..." Suspiró entre risas Amilton, mientras apartaba el pastel de mis pezuñas.
"Hey hey eso se comparte!" Reí.
No tardé en rendirme y sentarme en una de las sillas a la mesa, mientras mi asesor personal continuaba en la cocina.
"Aún no me creo que me quedé con el mejor..." Suspiré desde mi asiento.
