Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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El sol se alzó por la mañana, sobre las montañas que rodeaban el valle de Kaen'ha.
Lo primero que hice, a parte de despertar a Kayn, fue correr a la habitación de Tabira del otro lado del muro para saber si estaba bien.
"...pero qué...?" Pregunté sorprendida.
"Hmm? Que se pasa." Bostezó Kayn mientras entraba en la habitación vacía del nuevo Aspecto del Alba.
Su habitación había quedado perfectamente ordenada, pero en ausencia de quién se había alojado.
Por un momento, sentí el nerviosismo y la tensión de pensar que se había perdido. "Deberíamos de buscarla! Ella no conoce el pueblo y quizás la sorprende alguien que le quiere hacer mal, o se encuentra con un animal salvaje! O quizás se va al lago y se ahoga..."
Kayn me interrumpió rodeándome en sus brazos. "Hey... Ella ya no es tan bebé. De hecho, es sin duda quién más creció desde que fundamos esta pequeña familia. Comparado incluso con una Reina que venía de ser empleada de motel."
Pensé en sus palabras un momento, relajándome.
Siempre sabe que decir...?!
Me rendí, mientras me encerraba en sus brazos.
* * *
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"Menuda movida. Y entonces no saben dónde está?" Preguntó Ekko mientras se acercaba unas frutas cortadas a su plato.
Kayn asintió mientras se servía de comida.
Todas las mesas en el gran comedor común estaban abarrotadas de gente. Habían Freljordianos y Targonianos por igual, compartiendo mesa y comida.
Heiger, ahora vestida con ropaje de realeza me observó detenidamente, mientras se estiraba levemente. "... A ti quién te manda crecer así...?!" Se quejó mientras se rendía, admitiendo su derrota en estatura.
