Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
Observaba en silencio como el Aspecto del Crepúsculo subia el Monte Targon con sus amigos.
Ayudándose mutuamente a escalar las empinadas cuestas...
Ya pasaron la prueba del alma. Y pronto... Cuando lleguen a la cima, la del cuerpo.
Aparté la mirada por frustración, ya no podía hacer nada contra ellos. Y lo peor era saber que estaban cerca de su victoria. Mi mirada sin embargo se congeló en Tabira.
En aquella niña pequeña que viajaba a hombros del medio Darkin...
"La heredera del Aspecto del Alba... Que tontería. Nunca te entendí, hermana." Suspiré aguantando mi ira.
Había visto todos sus recuerdos excepto los de aquella endemoniada niña, y la de la guadaña. Y por un momento sentí algo de curiosidad...
"Algo interesante?" Preguntó el cielo con tono burlesco.
Bruscamente giré mi cabeza. Como no, los aburridos ascendidos se divertían una vez más a mi costa. "Bajen a verlo por ustedes mismos, condenados perezosos."
Pero mi comentario solo resultó en una larga risa por su parte.
"No eres quien de hablar de condenados! Recuerda tu situación, pequeño Rashek..." Dijo entre carcajadas una de las nebulosas del firmamento.
Si existía algún ser que odiara más que a los humanos... Eran los Celestiales.
Uno de ellos rió entre dientes, con soberbia en su tono. "Oh Rashek... No te enfades con tus amigos! Siempre tan serio, no me extraña el abandono de tu hermana..."
En mi corazón sentí como las sombras aumentaban su temperatura, casi sintiendo un sol provenir de mi interior.
"Volveré con información." Bufé mientras rechinaba los dientes.
No respondieron, me dejaron ir.
Ya me tenían maniatado de todas formas, no les hacía falta más... Yo no podía interactuar más allá de la falda de la montaña.
* * *
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Convertido en un pequeño roedor corrí junto al grupo, escondiendo mi presencia y vigilandolos.
Aunque no pueda usar mi magia activamente en ellos... Que me impide evitar su escalada?!
Comencé por algo sencillo, un desprendimiento.
Rocas comenzaron a caer desde las alturas. "Pero que coj-?!" Rugió la joven de ropas verdes mientras instintivamente se llevaba la mano a sus armas.
Kayn seguía dolorido por la paliza del Darkin y los demás parecían haber tardado en reaccionar... Parecían.
La Aspecto del Crepúsculo levantó su mano y de un simple conjuro explotó las grandes rocas, convirtiéndolas en polvo.
