Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Me encontraba corriendo hacia Piltover. Siguiendo la pista de alguien que había desaparecido del mapa en cuestión de minutos.
Dijeron que se dirigió hacia la salida principal... Me dije, recordando las palabras de los testigos de su huída.
Mientras me quedaba en la casa del árbol, dándole un entierro mínimamente digno a Sapien Tiller, su asesino echó a correr hacia ninguna parte.
"Maldición... Más le vale estar allí para hacerme subir esta pared!" Dije con tono de chiste, tratando de superar la bizarra escena que había sufrido esa mañana.
Era un muro vertical, con algunas grietas y salientes.
Subí con esfuerzo dos metros, antes de caer nuevo desde la altura. Aterricé clavando las manos en una punzante viga de metal, impulsando mi cuerpo para subir más metros.
La segunda vez que caí, ahora a 6 metros y medio de espaldas, sentí el viento azotar mi espalda mientras caía de cabeza.
Suspiré aburrido. "Maldición... Volvamos a intentarlo."
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De vuelta a la pared, 6 metros y medio.
"Bien, no debo agarrar los salientes izquierdos." Me dije en voz alta mientras continuaba mi escalada.
Unos metros más adelante volví a caer. Otra vez más usé el Chronobrake.
Pude sentir la sangre gotear mis dedos, las rocas y el hierro de la pared cortaban cuando trataba de escalar.
"Acabemos con esto de una vez... Solo tengo que evitar que Tedyor haga algo estúpido y asegurarme de que nada malo ocurra cuando me marche de nuevo al Monte Targon."
Una caída más. Esta vez pude escuchar suspiros de suspenso y gente hablar mientras caía, todos sorprendidos.
Una vuelta de tuerca a mi Chronobrake...
Y de vuelta al muro. Invisible a la vista de los demás.
