Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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"Yup. Eso es nuevo." Fueron las únicas palabras que dijo Kayn sobre el esqueleto que se mostraba frente a nosotros.
Cumplimos nuestro primer mes de escalada. La cima...? No estaba ni a la vista.
"No deberíamos de tardar mucho más, no...?" Preguntó Ekko mientras salvaba a Tabira después de tocar su reloj. La pequeña saltaba de hueso en hueso y de diente en diente, parecía que cada vez que estaba a punto de perder el equilibrio Ekko estuviera esperándola para ayudarla.
Significa eso que...? -Prefiero no pensar en ello.
Caminábamos hasta que caía la tarde, pero cuando anochecía deteníamos el paso e improvisabamos un asentamiento.
Akali actuaba como siempre con todos, ya no mostraba residuos de de enfado sobre lo de Kayn. Pero con este último... Actuaba distinto.
No era odio ni era desconfianza. Pero ambos se miraban como si supieran algo en conjunto. Un tema delicado del cuál se debía de hablar en privado.
"A que viene esa mirada de detective?" Suspiró Akali con enfado cuando se cansó de dar vueltas a su arma arrojadiza.
Le sonreí nerviosamente y le respondí, para volver mi vista hacia el final de la pradera, y el reencuentro con la montaña.
Una vez más tocaba escalar.
Trataba de centrarme en otros detalles más que la escalada en sí. Jugando con Tabira, o charlando con Kayn para ver si el viaje se hacía más ameno.
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Eventualmente llegamos a un santuario, oculto entre las hojas y los matorrales.
"Haber a donde hemos ido a parar..." Dijo Ekko acercándose al lugar mientras miraba el polvo del mármol.
Me quedé en silencio, pero no podía mantener la compostura.
Akali se acercó a mí. "Sabes dónde estamos... No?" Me preguntó.
Asentí como pude, reconocía el lugar...
"Más que un santuario, este es un centro común. Aquí la gente podía buscar a otros conocidos o quedar con amigos. Era un lugar lleno de vida donde todos buscaban la compañía de otros simples humanos para hablar de noticias mundanas y datos felices..." Comencé a relatar mientras caminaba al frente, posando mi mano sobre los hierbajos que habían crecido sin importarse del lugar. "Hace unos siglos vine aquí, como humana... estamos cerca de la cima, y aún más de mi hogar."
