Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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"Bien! Prepárense mis no-estimados espectadores para la próxima ronda del torneo! Recuerden que no hay más que dos reglas para este festival! Y si no las recuerdan las repetiré POR ÚLTIMA VEZ! Regla 1: la multa por el homicidio es de 2000 monedas de oro. Regla 2: el ganador tendrá que reclamar su premio!" La voz del comentarista se extendía por toda la arena.
Sin embargo yo ya no estaba prestando atención a los combates, o al misterioso señor. Ahora sólo estaba centrada en la extraña ventana.
"Hmmm está oscuro... Casi como si no quisiesen que nadie entrase."
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"Sería una pena que alguien entrase igualmente!"
Los tornillos del cristal estaban ligeramente oxidados, así que me dispuse a abrir la ventana gracias al deplorable estado en el que se encontraba el metal.
CRAAACK!
El eco de mi intento fallido por romper la ventana se escuchó por las gradas. Sin embargo nadie se interesó en saber de dónde venía el extraño sonido.
Vaya... Que puedo hacer para enmascarar el sonido? Piensa Heiger, piensa!
Fue en ese momento cuando se me ocurrió el plan perfecto...
Así que esperé. Y esperé. Hasta que por fin la oportunidad se presentó ante mis ojos... O mejor dicho, mis oídos.
"Okey monos y monas de alcantarillado. Tenéis ganas de ver la segunda ronda del torneo?! En ese caso, que los participantes den un paso adelante, para que se hagan de manera automática los dúos en los que se enfrentarán por el ticket a la ronda final!"
Y justo mientras el presentador hablaba por el megáfono, rompí de una patada la ventana y entré en la extraña sala.
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...?
Mi curiosidad por la sala creció cuando me di cuenta de que el cristal había sido teñido para que no se viesse el interior.
