Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Huh...? Un... Bosque?!
Escuché voces distantes. Una llamada. Mis ojos se movieron por su cuenta y observaron a una joven de pelo negro.
Parecía estar escondida. Ambas...
Por mi boca salió un suspiro. Pero yo no suspiré. Mi espalda se posó sobre un árbol. Pero yo no me posé. Mis dedos jugaron entre ellos. Pero yo no jugué.
Lo entendí todo.
Esta no soy yo... Estoy viendo através de los ojos de otra persona...!
No podía ver donde estaba, ya que yo no controlaba la mirada. Los ojos por los que veía estaban vigilando a esa adolescente como un padre vigila a su hija.
Empecé a notar frío en mi cuerpo. Los ojos por los que veía no tenían frío, era yo esta vez.
Sentía que estaba a punto de despertar como un sueño. Sentía sensaciones recorrer mi piel mientras dormía y poco a poco recordaba qué había sucedido recientemente.
Lo último que vi através de los ojos en el bosque fué a la chica dándose la vuelta de golpe, y viendo directamente al ser que la observaba a la distancia. Aquél con la espalda apoyada en el árbol. Aquél que suspiró. Aquél que jugó con sus dedos.
"...Shen?"
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Abrí mis ojos de golpe. A mi lado se encontraba Tabira jugando con una enfermera. La pequeña dejó caer su peluche y vino corriendo hacia mí, para darme un abrazo y beso de buenos días.
"Yo también te eché de menos, Tabira!" Dije con una gran sonrisa.
La enfermera me vio, con ojos atónitos y contentos, y corrió hacia fuera de la habitación.
A los pocos minutos vino Kayn con mucha prisa y Kastor caminó lentamente detrás.
"Zoe!" Dijo el joven de sombras con felicidad.
Parecía querer acercarse a mi, sin embargo en vez de hacer lo que quería se digno a mirarme desde lejos con una sonrisa. "Me alegro de ver que estás bien." Dijo mientras se sentaba a mi lado.
