Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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"Tan temprano?!" Me dije a mi misma mientras me levantaba de mi cama, viendo el hueco de Kayn vacío.
Tabira tampoco estaba. Ni Rhaast.
Me dejaron sola!
Hice un pequeño puchero y miré para mi ropa normal con enfado.
"Ahora donde se metieron..." Suspiré mientras desvestía mi pijama y vestía mis ropajes.
...necesito ropa nueva. No soporto limpiar todos los días esto.
Salí del cuarto y me dirigí directamente al bar de la taberna.
Allí encontré a todos. Y con todos... Me refiero de verdad a todos.
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"Agh venga ya!" Dijo alguien con la voz de un trenzudo que conozco.
Tabira la última Líming, Kayn y Rhaast, Akali la asesina, Heiger la tabernera, Kastor el señor del bosque y la tabernera que me saludó el primer día que llegamos a Bridfurth.
Esta última me observó con sorpresa, quizás por la perdida de mi pelo color morado, pero quizás era... Por aquello que sorprendía a todos los allí presentes.
Todos estaban sentados, con miradas extrañadas y sorprendidas... Menos Tabira que comía su pan con mermelada especial de la taberna.
Me senté en la mesa, al lado de Tabira. Kayn estaba del otro lado de la Líming, y tenía cerca a Akali.
Mi amigo el sombras tenía una mirada distinta a la de todos. El estaba enfadado y disgustado.
"Que pasó? Que me perdí?"
Kayn suspiró un poco y miró a la Tabernera pelo marrón con la que había hablado el primer día que vine a la taberna.
"No hace falta decirlo!" Dijo esta mientras iba de nuevo a la cocina.
Todos manteníamos distancia entre Kastor. Pero este y Heiger estaban apegados. Y su tez color nieve se veía rosada. Además, a la tabernera Frejlordiana se le caía un moco y tenía las mejillas húmedas.
