Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Observé en silencio las luces rojas que se distinguían a la lejanía.
Había mandado evacuar a los habitantes de Arbión. Aún teníamos opciones para sobrevivir... Pero deberíamos de decirle adiós a nuestro estatus.
Estaba claro, el reino de Arbión, después de décadas en decadencia... había encontrado su final en las garras Noxianas.
Mi prioridad debe de ser el bien estar de todos los habitantes. La política no tiene cabida ahora. Me dije con decisión mientras movilizaba a los guardias y guerreros presentes.
Por el rabillo del ojo vi a Zoe con Kayn. No les vi el rostro, pero el luto en el ambiente...
Venían con otra mujer.
...
Gulp... Mejor no decirles nada. Suspiré a mi interior con respeto a los afectados, y me dirigí hacia la salida.
"Necesito aire. Traed a los amigos de mi nieta." Ordené a la jefa de cacería del pueblo, mientras abría la puerta me sentaba en los escalones que daban lugar a la entrada.
El aire era suave este día.
Ya había anochecido, y el peligro acechaba... Pero la delicada nieve que se desprendía suavemente de los tejados con ligereza mundana se sentía tan precioso... Tan único.
Abandonaremos Arbión...?
Abandonaremos nuestro hogar?
Abandonaremos nuestro orgullo ante Noxus?!
Era una locura. Pero por un momento un sentimiento de rebeldía se apoderó de mí... "Parece que aún tenemos cosas en común, Hazel."
Sonreí alegremente mientras la nieve comenzaba a caer de nuevo.
Había mucho que hacer aún.
"No huiré. Quien quiera quedarse y luchar, lo hará a mi lado."
Apreté entre mis dedos el bastón de Escama Azul, cuyo exterior se empezó a congelar de fina escarcha. Vi a lo lejos a Heiger, acompañada de los dos jóvenes y la chica de ropa verde.
"Esperen, vengan un momento..." Les pedí mientras levantaba levemente la mano.
"Q-que sucedió?! Están bien Zoe, Kamila y Kayn?" Preguntó con temor el chico de cabello blanco. A su lado había una pequeña niña de cabello marrón rojizo, que miraba con preocupación a los jóvenes heridos.
Me mantuve en silencio. Frente a los amigos de Heiger. No sólo ellos... A mi alrededor se encontraban cientos de chicos y chicas de distintas edades, que huían del conflicto.
Admito que traté de huir de mi responsabilidad esta vez... Pero no puedo hacerle eso a estos jóvenes. No se lo merecen.
Agarré con fuerza mi bastón, que velozmente empezó a brillar azul brillante. No puedo confirmarles nada... Los ignoraré y dejaré que el tiempo decida. Me dije mientras me apartaba de los amigos de Heiger. "Llamen a Ron! Su deber es llevar a todos los incapacitados para la pelea afuera de Arbión... Los demás vendrán conmigo."
