Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
_______________________________________ Capítulo dedicado a @Lxminity Gracias por disfrutar de esta historia, tanto como yo he disfrutado de otras.
Eres el motivo de este capítulo y, seguramente, de los próximos. _______________________________________
Zoe
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Allí estaba frente a mí. El ser que tanto había destruído a su paso... Y no lo podía detener.
Kayn se arrojó a un lado, blandiendo a Rhaast como bien podía. Sus giros erráticos erraban contra Swain, quien lo apartaba con su propio demonio. Traté de ayudarlo, pero mis estrellas eran detenidas al instante. Los demás estaban manteniendo el ejército de Swain a raya y Tabira ya estaba ocupada con Sylas...
Me aterrorizaba aquella idea. Miedo. Siempre sentía miedo, pero en el fondo esperaba que todo saliera bien... Pero no podía asegurarme ahora.
... Sí que puedes. Puedes asegurarte de todos. Me dije, echando mi mano hacia mi mochila.
En ella la pluma del miedo primal bullía. Era extraño pelear y perder, pero saber que todo podía acabarse... Podía salvarlos.
El precio es tu propia alma, devuelta a Fiddlesticks junto a su carne. Aquellas habían sido las palabras del Aspecto de Targon con el que habían hablado.
"Kayn no me lo perdonaría..." Me dije mientras me levantaba una vez más. Las estrellas chispeaban en mi mano mientras extendía mi palma derecha, usando en la izquierda un portal.
Swain se mantuvo serio y distante, con sus alas extendidas y su brazo chispeando de maldad. El aura de un asesino emergía de su mirada.
"Por qué haces todo esto? Por qué provocas masacres y destrucción a tu paso?" Pregunté con desesperación.
Swain ladeó la cabeza. "Por el mismo motivo que cualquiera." Dijo con media sonrisa. "Poder, cómo no."
Traté de hablar pero las palabras no salían de mi mente, gesticulando sin decir nada.
"A todos les gusta sentirse en control y tener lo que quieren. Es sólo que a mí, además, no me gusta ninguna otra cosa." Terminó de decir Swain, agarrándome del cuello después de desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.
"Tch-...! Ni siquiera crees en la causa-... De Sylas! Está muriendo por ti." Dije con dificultad, mientras sus relámpagos atacaban mi cuerpo y quemaban mi piel.
"Que lo haga, la pieza del tablero ya cumplió su función." Dijo con una sanguinaria sonrisa.
Esta vez, pude devolverle el gesto...
"SORPRESA! No eres el único que le gusta el poder. Jajajaja!" Comenzó a decir Rhaast rajando su espalda de un poderoso mandoble. Kayn cercenó el cuerpo de Swain con fuerza y la sangre no se hizo esperar.
