Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
"Robos?!" Gritó Zoe al pobre trenzudo después de beber un trago de batido.
Heiger le mandó bajar la voz a la maga, la cual había despertado el interés de todos los estudiantes que desayunaban en la cafetería. Aparté la vista de la gran esfera metálica del centro de la universidad y dirigí la atención a mis amigos.
"... entonces... Tenemos que ir a un sitio cercano llamado Zaun, buscar a los ladrones y causantes de las explosiones para después devolver a la universidad todas las cosas y así poder ver las ruinas?" Pregunté a Kayn, el cual fue el único que habló con Heimerdinger.
El medio Darkin asintió, causando mi suspiro de pereza.
"Bueno... Cuando tenemos que ir?" Preguntó el aspecto del crepúsculo.
Todos nos miramos, ya que ninguno tenía la respuesta.
"Yo creo que podríamos ir ahora. Cuanto antes encontremos los objetos robados antes podremos devolverlos, no?" Dijo Shieda con un tono pensativo.
No había objeciones. Nos dirigimos a Zaun enseguida...
* * *
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...y en seguida quise volver.
El aroma a mármol y acero de Piltover fue reemplazado rápidamente por el olor a aceite quemado y oxidación de Zaun.
Las casas se veían deterioradas y la gente corría y se pisaban unos a otros. Era un lugar depresivo, pero eso no influía mucho... Excepto a Zoe.
La maga, con Tabira en casa, no tenía a quien aferrarse y permitía que el sentimiento desolador y negativo de la ciudad la invadiese, haciéndola ver perdida y débil.
"Oye Zo-."
Fui interrumpido por Kayn el cual le pasó un brazo por el hombro y la acercó a su pecho, mientras se dirigía rumbo al centro de la oscura ciudad.
"Vamos! Según la información de Heimerdinger, los delincuentes vienen de una zona más baja que esta." Dijo el medio Darkin llevándose con el a nuestra líder y empujando el resto del grupo a seguirle.
"...oh venga ya!" Le susurré a Heiger con enfado.
La tabernera estaba abrazándose de emoción después de ver la escena de sus dos amigos.
"Acaso no es tierno?!" Se quejó con una amplia sonrisa. "Quizás ya hablaron sobre sus cosas~...!"
Suspiré sin darle más importancia y seguí a mis amigos, descendiendo más y más por la ciudad.
Me sentía ciertamente incómoda por el lugar. No puede salir nada bueno de este sitio me repetía una y otra vez. Sin embargo los demás parecían decididos a ir hasta donde hiciese falta con tal de encontrar a los jóvenes de los retratos que nos había entregado Heimerdinger.
