Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Es por aquí, cierto?" Preguntó desconcertado el rubio mientras observabamos la silenciosa capital Noxiana.
Abrí de nuevo mi libreta, donde había anotado todos los rumores de la taberna. Era desconcertante lo rápido que se había extendido la noticia de que los héroes ya habían abandonado la montaña de Targon.
Bueno, al fin y al cabo ayudaron muchísimo en la universidad de Piltover, y solucionaron la situación del torneo de hierro en Zaun. También habían salvado la ciudad que nunca duerme del miedo primal Fiddlesticks. Y también dicen en el norte de Freljord que dieron rescatado a todo el pequeño imperio Freljordiano de Arbión de Sylas y sus magos.
"Porqué será que haya a dónde van se desata el caos..." Sonreí mientras viajaba con varios universitarios y policías de Piltover, acompañada de Ezreal.
Y no solo Piltoverianos, justo a la salida de la ciudad cruzamos caminos con unos Zaunitas que tenían la misma idea que nosotros. "Pickle, no?" Dijo de pronto Ezreal echando la vista atrás. "Como funcionan esos zapatos?"
El alto joven miró abajo y mostró un poco el mecanismo mecánico de sus zapatos, unidos por un tubo a su mochila.
"Te interesará más verlo en acción qué que te lo expliquen." Dijo el joven mientras reían.
Después de una tarde caminando nos alojamos en unas viviendas cerca del castillo central.
Las habitaciones estaban bastante descuidadas y llenas de polvo, además solo habíamos pagado por dos habitaciones, alojando a 14 personas por cada.
Algunos se sentaron en el suelo limpio, y varios en la única cama de casal que había.
"El plan no es dormir de todas formas. Nosotros estamos fuera de plazo, compañeros. No nos esperan para nada, y no sabemos que tenemos que hacer o qué harán... Sin embargo puedo confirmaros algo, cuando los veamos en acción, tendremos que ir en su rescate." Comencé a explicar mientras cargaba el arma regalada por manos del profesor Heimerdinger, el cual se quedó en la universidad cuidando de mi clase y la suya.
El bastón era poderoso, y cargado con la famosa energía de Piltover que le permitía imbuir su extremo en electricidad. Un arma de un metal llamado duralumínio, cubierto de tela para que la electricidad no afectara al portador. Mis guantes funcionaban también como aislantes.
Ezreal observaba con confianza su guante, el cual emanaba una luz amarilla levemente.
"Como conociste a su grupo, rubito?" Pregunté con la mirada perdida en el techo, sin saber cómo comenzar una conversación.
Él quedó en silencio. Parecía que no era una pregunta que quisiera responder.
"... Conocí a Zoe en el pueblo de dónde viene Tabira." Suspiró sin tampoco mirarme de vuelta.
