Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Mi cabeza va a estallar! Grité a mis adentros mientras me tiraba de los pelos.
Sin ayuda de mis amigos, y cuidando a un pueblo entero en un viaje, cada vez que aparecía un problema o una duda acudían a mí. Aún con la ayuda y las enseñanzas de la abuela Ivaldi... Simplemente era demasiado y no era capaz de llevar a cuenta todo lo que hacía falta.
Me senté un momento en el pasto cuando observé civilización en la ruta que nos había marcado Zoe. Les mandé adelantarse y por fin pude descansar al sol, con pereza y cansancio.
"... Hey, que tal lo llevas?" Me preguntó una voz cariñosa mientras posaba su mano sobre mi cabeza.
Heh... Quien iba a ser?
"No muy bien, AmAm... Es como si la gente no pudiera hacer cosas por su cuenta, me dejaron exhausta en solo unas horas!" Me quejé mientras hacía sitio a mi lado para que se sentara el joven del cabello color canela rubiza.
Amilton rió un rato y observó cómo los Freljordianos que llevaban avanzaban con temor por las calles de esa extraña ciudadela de la que tanto había hablado Zoe. "Será duro... Pero ellos tampoco lo tendrán fácil después de perder su hogar. Y los demás también deberán superar duras pruebas en el Monte Targon... Nosotros conseguiremos hacer nuestra parte!"
Sus palabras me llenaron de valor y me atreví a levantarme una vez más, tomándole de la mano en el proceso.
"Venga! Ya descansamos lo suficiente." Le dije mientras le guiñaba un ojo. Amilton estaba rojo de vergüenza, pero sin decir ni una palabra me siguió con su mochila a la espalda, caminando directamente al pueblo a donde nos había guiado Zoe.
Kaen-ha. Que significa Valle Del Destino en el idioma antiguo de Targon.
Cuando salimos de entre los árboles observamos un pueblo a lo lejos. Con varios habitantes haciendo sus actividades cotidianas. Era un lugar tan bonito...
"Estamos del lado contrario, verdad?" Pregunté.
"... Yup." Dijo en un suspiro Amilton, mientras comenzaba a rodear el pequeño lago que nos separaba de nuestro objetivo.
* * *
El fuego de las velas crepitaba en silencio sobre la mesa de aquel viejo que vestía tan extraño.
Estábamos dentro de la edificación donde se hablaba con el jefe del pueblo. Aunque se trataba como igual con sus habitantes.
"Ejem..." Dijo este sacándome de mis pensamientos al momento. "Entonces... Sabéis exactamente cuánto tiempo estaréis aquí?"
Tragué un poco de saliva, y negué con la cabeza.
"Traéis materiales de agricultura o construcción?"
