Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
"Bienvenido a casa." Dijo Rhaast con un tono particular.
Me hizo gracia. Había sido en aquel puente donde lo había robado, asesinando a soldados Noxianos... Sólo unos meses antes de conocer a Zoe, y que mi vida se pusiera patas arriba.
Ahora de eso van por poco 6 años...
"Bienvenido aunque sea para revelarme y acabar con su rey?" Dije divertido.
Detrás de mí, alguien pellizco mi nuca. "Shhhh no vayas diciendo el plan en las calles!" Dijo Tabira con voz serena.
Será posible... Cuando es que ella tiene derecho a regañarme?!
Acabé por hacerle caso y disculparme, continuando como si nada apreciando los páramos Noxianos.
Hacía tanto tiempo que no iba el grupo completo charlando, hablando y riendo.
Heiger y Akali lloriqueaban por no poder llevar en sus hombros a Tabira, ahora que había crecido.
Zoe y Ekko hablaban de sus hogares y continuaban compartiendo experiencias.
Por ultimo Amilton viajaba atrás de nosotros, como siempre había hecho. Atento y protegiéndonos las espaldas pese a ser el más indefenso del grupo. Todo un caballero con máscara de gamberro... Ya no me lo puedo tomar en serio después de verle actuar tan tonto con su hijo Kolt. Sonreí alegremente.
"Míralos, padre he hija con el mismo problema." Dijo Heiger con gracia después de secarse las lagrimillas.
Nos apuntó a mí y a Tabira, y yo al principio no había entendido a que se debía. Pero todos se rieron de nosotros, en especial Zoe.
"Dos gotas de agua." Dijo alegre la líder mientras retomaba el paso hacia Noxus.
Me di cuenta. Ambos llevábamos grandes armas apoyadas al hombro y rodeadas por tiras de cuero blanco, armas que despertaban el miedo de la gente que pasaba al lado por calles pobladas de gente.
Hasta la postura era idéntica.
Tabira no los había escuchado. Estaba atenta... Atenta a más allá de lo que siquiera Zoe podía sentir. Su poder parece basarse más en lo que ignora.
Rodeé a la adolescente en un fuerte abrazo, y despertó al momento de su meditación.
"H-hey! Avisa antes de hacer eso papá me asustaste!" Se quejó tratando de zafarse de mi fuerte abrazo.
Pero no lo intento en serio, si quisiera lo habría conseguido...
Reí levemente mientras dejaba que mi compasión la dejara huir. "Hay que ver que poco sincera eres..."
Retomamos el camino, pero me aseguré de que aprovechara el viaje como debía de ser.
Al fin y al cabo son los adultos quienes tienen que preocuparse de esos temas... Tabira debería de disfrutar el lugar, conocer la ciudad y compaginar con el grupo ahora que puede hacerlo siendo mayor. Me dije, casi sorprendido de la madurez de mis propios pensamientos.
Era normal.
Tantos años después algo debí de aprender de juntarme con este grupo tan peculiar...
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