Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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"Sabía que me faltaba información de Bridfurth... Pero esto no lo esperaba."
"...? A que te refieres?" Preguntó Rhaast con tono curioso.
Bajé la mirada y le miré al ojo.
"Esto no es un pueblo, parece una maldita ciudad!"
La situación era extraña, sabía que era un pueblo pero había una cantidad ingente de calles, establecimientos y lugares turísticos.
Y todo el pueblo desprendía un olor a flores, pasto y vino.
"Es el sueño de cualquier alcohólico." Dijo Rhaast mientras veía los enormes campos de uvas, que recorrían todo el prado vecino al pueblo.
"Céntrate! Tenemos cosas que hacer." Dije mientras agitaba ligeramente la guadaña.
Aún tenemos que encontrar un trabajo con el que obtener oro. Algún comercio donde poder ir a comprar comida cuando tengamos dinero. Alguna casa o habitación barata donde no se tenga que escuchar... Eso. Y para Zoe debería de encontrarle rápido un-
"Que le quieres encontrar a Zoe, degenerado?" Dijo Rhaast después de leer mi mente.
"NO ME LEAS LA CABEZA!" Dije a punto de perder los estribos... O directamente perdiéndolos.
La gente por la calle me miraba con ojos preocupados, tanto por mi como por ellos mismos y su seguridad. Aclaré mi garganta tosiendo y caminé como si nada, en busca del mercado.
"Te estás muriendo de vergüenza."
"Ojalá ayudases más de lo que tocas los huevos."
"Y es por eso por lo que hablo con Zoe por la mañana. Tienes un mal despertar increíble..."
* * *
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"Al fin, tiendas." Dije al llegar a un pequeño sitio donde vendían objetos varios.
Giré mi cabeza a la izquierda, y encontré un puesto alquímico con distintas plantas medicinales, pociones y elixires. Aunque parecía que eso no era lo que quería el pueblo ya que en la entrada lo primero que se veía eran licores vinos varios.
