Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Habían pasado varias horas desde que llegamos a Piltover. Aunque no podía ver nada, podía sentir como el calor del sol de verano se había atenuado levemente. Y si el sol se estaba poniendo, pronto caería la noche.
Pero... ahí estaba yo... Con un Yordle loco toqueteando mi pectoral izquierdo con un bastón y haciéndome pintadas con un rotulador.
"Hmm uh, ya veo, sí... Entonces, dices que el Darkin está constantemente cubriendo tu cuerpo?" Me preguntó el profesor Heimerdinger.
Yo asentí levemente, pero luego me retracté. "Bueno, sí pero al mismo tiempo no. Rhaast cubrió el lado izquierdo de mi cuerpo, pero eso fue cuando lo tomé. En si la marca no se expandió."
Escuché el sonido de un lápiz siendo usado sobre un cuaderno. Heiger estaba plasmando la información sobre mi cortacésped en su libreta.
"Puedes quitarte la venda." Me dijo el Inventor al ver mi incomodidad.
Suspiré levemente y retiré el vendaje de mis ojos, viendo por primera vez el laboratorio de investigación del profesor Heimerdinger.
"...es eso un mono?"
"Un mono? Donde? Te refieres a la pequeña platanita? Lleva desaparecida unos días, estoy que no la encuentro pero eso no es lo importante! Háblame sobre esa maldición." Dijo el Yordle hablando más rápido de lo que podía entender.
El investigador estaba emocionado e inspirado. Tanto así que se atrevió a levantar a Rhaast.
"...!"
Rápidamente le arrebaté de las manos al Darkin, antes de suspirar levemente por lo cerca de la catástrofe.
"Ok... Primero, no haga eso salvo que conozca el efecto. Este palo que corta tiene una maldición, y es que si alguien lo empuña con la intención y el pensamiento de que está sujetando un arma, será consumido por el arma y perderá el control de su cuerpo. En si este acto no libera a Rhaast, ya que hace falta algo más para que el tome tu cuerpo definitivamente y pueda liberarse. Ahora, si lo agarras pensando en el como algo que no sea un arma, o si no lo tomas tu mismo con tu cuerpo, estarás bien."
Terminé de hablar al mismo tiempo que Heimerdinger acababa de escribir en su cuaderno.
Espera... Estaba escribiendo al mismo tiempo que yo?!
"Bien! Lo siento por lo de antes Rhaast!" Se disculpó el Yordle.
Sin embargo la guadaña gruñó con más asco que enfado.
"Yo no tomaría el cuerpo de un Yordle ni aunque me permitiese ser libre. Incluso diría que prefiero viajar con el pre-puberto este."
"Pre-puberto? Tengo 19!"
"Vaya! Podéis discutir entre vosotros? Entonces Rhaast es otra consciencia? Crees que puede controlarte?" Preguntó Heimer, metiéndome el miedo en el cuerpo.
