Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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La arquitectura de la sala subía de manera exuberante, y aún era visible el enorme patio en la entrada.
Aamon agarró un poco mi brazo, entrelazando el suyo propio y llevándome directamente hacia el salón del baile.
"Estás cómoda, Tabira?" Preguntó con una sonrisa.
Mi corazón latía más rápido que nunca, viendo sus ojos preocupados. "Claro! Es un placer estar aquí contigo."
El chico rió un poco y recolocó una parte de mi vestido, el cuál se estaba deslizando por mi hombro. "Espero que sea de tu taya... Lo siento por darte esto sin previo aviso."
"Está perfecto me encanta! No te preocupes por nada, es el mejor regalo que me han hecho jamás."
Aunque la espada de madera de Bridfurth fue mejor...
En ese momento recordé algo importante para la misión. Le sonreí a Aamon mientras cruzaba los dedos de mano libre de su agarre. Con los dedos apuntando a las ventanas era más fácil abrirlas gastando un poco de maná. No sabía hasta donde podía estirar mis poderes, pero mover cosas sin tocarlas estaba dentro de mis capacidades.
Me concentré más, sintiendo todo el castillo con cada pestañeo de mi mirada. Kayn estaba en el tejado, con algo de frío. Charlaba tranquilamente con su viejo amigo Rhaast, mientras observaba por un balcón la pista de baile.
Aún no sé el paradero de Zoe y los del ejército, pero así es mejor... Si lo supiera podría escaparme algún movimiento que ayudara al enemigo.
"Estás bien?" Preguntó el chico mientras tomaba una copa para mí de una mesa vacía.
Asentí mientras aceptaba el vaso, sin beber del mismo. "Sí! Es solo que no pegué ojo esperando para este día."
Lo cual tampoco es mentira.
Avance hacia la sala principal, llevada por el brazo y saludada por los demás invitados.
Era una situación extraña, todos allí eran de edades variadas, y muy bien vestidos. Se movían con elegancia y estilo distintivo mientras los músicos tocaban una pieza clásica y pintoresca.
"Músicos de Piltover. Los mejores, de hecho." Sonrió Aamon mientras me llevaba a una mesa vacía para 2 personas.
Me acomodé en mi silla observando los alrededores. Mi corazón latió con fuerza cuando observé en la cristalera sobre mí a Kayn.
Era un recuerdo del motivo por el que estaba allí en ese momento. Debo cumplir el objetivo de mis abuelos, salvar mi hogar de esta conquista sin sentido...
"Estás cómoda?" Preguntó con interés Aamon.
Yo asentí como pude y tomé un sorbo de la bebida que habían traído unos camareros.
