Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Abrí lentamente mis ojos. Pestañeando momentos más tarde.
"...buenos días!" Me susurró Tabira, la cual me miraba con ilusión contenida.
Sonreí un poco y le di un pequeño beso en la frente, antes de girarme a ver la esquina derecha de la habitación.
...Pero en la esquina solo encontré a Rhaast. Ni rastro del trenzudo.
"Buenos días guadaña maligna parlante." Le dediqué mientras bostezaba.
"Buenos días mini maga comediante." Me respondió con fingido respeto.
Sonreí un poco y me levanté de la cama, seguido de la joven Líming.
La pequeña no podía contener sus emociones. Daba pequeños saltitos de aquí para ahí, mientras tarareaba alegremente lo que parecía ser la canción de cumpleaños feliz.
Vestí rápidamente mi ropa usual y subí a Tabira en mis hombros, mientras que agarraba con las manos libres a Rhaast.
"Bueno bueno! Vamos a buscar al que falta." Dije refiriéndome al medio darkin.
"El que falta, el que falta!" Repitió entre risas Tabira.
* * *
Kayn se encontraba en una de las mesas, bebiendo una infusión color naranja y comiendo pan horneado por Heiger. Su cuerpo estaba rodeado por vendas blanquecinas que ocultaban las heridas de la pelea con Fiddlesticks.
Lo que me recuerda que le tengo que pedir la llave que dejó a Akali.
Luego de acercarme a su mesa, me percaté que el medio Darkin se encontraba escribiendo una carta con pluma, en un papel ligeramente andrajoso.
Anabel, la joven tabernera morena se encontraba limpiando vasos para los próximos clientes antes de saludarme con su mano.
Yo la saludé de vuelta, y observé a Kayn. Sin embargo este no se veía muy feliz de verme. Hasta diría que estaba asustado. Fui a sentarme con el, y su mirada pasó de frustración a resignación.
"Aghhh... Sea lo que sea que pidais. Por debajo de 8 monedas de oro, o lo pagáis vosotras." Dijo con tristeza mientras abría con una mano su bolsa de terciopelo donde guardaba su dinero.
Le sonreí con amabilidad al medio darkin mientras llamaba con la mano a Anabel.
Kayn fue comiendo y cortando pan para nosotras mientras que yo preguntaba por el cumpleaños de Tabira a la tabernera...
"Muchas gracias Anabel! Eres la mejor." Le agradecí.
"Jejeje no es para tanto de verdad! Ahora bien, a qué hora empiezo a poner toda la decoración? El pastel está en el horno a ascuas lentas desde ayer, y tengo todos los ingredientes para la cena! Dime una hora y me pongo a hacerlo todo." Me dijo con orgullo y emoción la joven morena.
