Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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"Conque eso fue lo que pasó..." Dijo Heiger mientras daba un sorbo a su bebida espumosa.
Acababa de contarle nuestra conversación con el alcalde de Bridfurth. La joven escuchó atentamente toda la historia. Tabira se encontraba jugando con una pelota, tal y como la conocí.
Ella había vuelto a hablar como antes, volvía a sonreír y a ser feliz.
Ahora es mi momento de ponerme las pilas! Me dije a mi misma con alegría.
"Ah! También mencionó algo llamado El Frío. Dijo que la encontraríamos en la Taberna pero no sé a qué se refiere." Le dije a la Frejlordiana.
Ella quedó más pálida de lo que ya estaba. "E-el frío dices? Hace tiempo que no escuchaba ese nombre!"
La pequeña Líming vino corriendo a mis brazos y se sentó en mi regazo.
"Quién es el frío?" Preguntó Tabira con tono dramático en el nombre.
Yo miré con ojos curiosos a la joven, admitiendo mis ganas de saber más del misterioso hombre.
Heiger, rodeada por nuestras miradas, bebió más de su bebida y suspiró pesadamente.
"Bueno, creo que no tengo opción! Dejadme os lo cuento ahora..." Dijo la albina mientras lavaba su vaso vacío para sentarse de nuevo en la Barra, con nosotras.
Nosotros, como público, nos mantuvimos en silencio espectánte. Heiger aclaró su garganta y nos miró a los ojos de nuevo.
"El Frío es una antigua leyenda de Bridfurth. Se dice que hace 20 años había una terrible bestia milenaria. Con cuernos de alce y manos humanas llenas de pelo... Su cabello era de color azabache, pero se veía manchas de sangre seca sobre algunas partes del pelaje. Esta criatura comía tanto a humanos como a ganado, sin distinción. La bestia vivía en el bosque, más allá del prado. Sin embargo algunas noches se podía escuchar su gruñido en las puertas de las casas, no estaba allí realmente, pero aquellos insensatos que viesen la sombra a los ojos eran engullidos y llevados a rastras hasta el animal. Esta criatura poseía poderes desconocidos, y hambre insaciable. Su único deseo era sobrevivir a costa de la vida de otros, y llegó a matar casi todo el ganado del pueblo, junto a otros pocos miembros de este. Sin embargo, una noche, la sombra que atrapaba a las personas se topó con alguien muy especial... Un ser misterioso que parecía humano, vestido con una capa blanca, el cual se enfrentó a la criatura. Ese misterioso ser era El Frío, el cual extendió su mano y disparó una ventisca que transformó una oscura calle en un canal de nieve, hielo y escarcha. Nunca se supo más del monstruo, y El Frío apareció cada noche para ahuyentar las criaturas o a los bandidos con fuertes vendavales de viento tan frío que paralizaba los músculos del cuerpo. Al final, los bandidos dejaron de venir y los animales de acercarse. Desde entonces nadie a visto de nuevo a El Frío. Nunca nadie habló con este, y si alguien se intentaba acercar corría el riesgo de ser congelado, solo para despertar al día siguiente en su cama, como si hubiese estado soñando."
