Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Volví al lugar cuando llegó elmedio día, tal y como el señor me había pedido que hiciese.
"Me alegro verte por aquí! Estaban buenas las manzanas?" Preguntó el viejo al verme de nuevo, con una gran sonrisa.
Asentí levemente, aunque era mentira. Me olvidé de comer la manzana y la sandía con todo lo de cortar el pelo a Zoe y con lo de Tabira...
"Sí sí! Estaban deliciosas."
El vendedor se rió mientras agarraba su barriga y cerraba los ojos, una risa muy empática y feliz.
"Bueno, no quiero ser rudo pero... Hay algo que tengo que pedirte." Dijo el señor cuando dejó de reír, mostrando una cara un tanto más seria.
Quedé en silencio, atento a sus palabras.
"Verás, últimamente han ocurrido problemas varios con criaturas diversas, además de algunos problemas a otras escalas. Todo esto sucedió cuando Noxus llegó a Ionia. Asustan a los animales y estos huyen despavoridos del bosque que era sus casas, y el único lugar al que pueden ir es aquí, a Bridfurth."
El viejo hizo una seña con la mano para que le siguiese adentro de la frutería. Acepté la invitación y entré al establecimiento. Con esa descripción igual sí debía haber traído a Rhaast. Me dije a mi mismo, recordando que había mencionado animales.
El señor abrió una puerta trasera y llegamos a un huerto de frutas varias.
A primera vista parecían unos cultivos frescos y normales. "No les veo problema." Dije mientras analizaba las distintas plantas de colores verdosos.
"Ven." Susurró el vendedor de fruta.
Me acerqué sigilosamente y vi criaturas de picos dorados y plumaje rojo, una de un tamaño considerable rodeada de varias crías de menor tamaño. A su alrededor yacían restos de fruta, ligeramente tatemados, y otras directamente carbonizadas. Las plantas cercanas estaban marchitadas por el calor.
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"Son Picuchillos. Raptors provenientes del bosque que hay más allá de la llanura." Dijo el vendedor con una mirada desilusionada.
Nos escondimos detrás de unas herramientas de cultivo. Seguramente vinieron del bosque que atravesamos antes del prado en nuestro camino a Bridfurth. Deduje mientras contaba cuántos Picuchillos habían. "Y supongo que hay más criaturas cómo estas en el pueblo."
