Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Ultimamente he tenido un sentimiento extraño con mis amigos...
Sobre todo con Kayn.
Desde que volvimos a reencontrarnos, decidí mantener las distancias con él. No era por ninguna razón extraña... Es solo que siento que debería de ser así.
Desconfié de mis amigos, los llevé a casi pelearse entre ellos, causé más daños que el propio Kayn... Y aún así me perdonaron.
Lo odio.
Odio que todos puedan perdonarme excepto yo...
Me mantengo en silencio, quién en mi situación se atrevería a hablar cuando todos están tan cómodos...
Codo con codo, acaso me merezco tenerlos junto a mí?
Ekko juega con la pequeña, sin preocupaciones ni dudas. Kayn y Zoe siguen juntos y felices, charlando frente a nosotros.
Y yo... Yo no debía de estar con ellos. No después de lo hice y dije.
Demonios Akali... Porqué desconfiaste de ellos?! A quien se le ocurre?! Me protesté a mi misma mientras entraba al bosque con los demás.
Continué pensando en soluciones. Quizás pedir perdón? Hablar de nuevo con Kayn? Marcharme yo también? Que debo de hacer...
Me sentía desorientada por mis propios pensamientos. Ya me habían movido demasiado la cabeza y necesitaba algo en lo que apoyarme, una mirada de consuelo.
"Quizás jugar con Tabira me alegre..." Suspiré con media sonrisa.
Me giré sobre mí misma...
Vacío.
Frente a mí, los amigos que tenía delante habían desaparecido también.
Algo se hundió bajo mis pies, y caí al agua.
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