Dos jóvenes totalmente distintos. Shieda Kayn el portador de un Darkin llamado y Rhaast y Zoe el aspecto del crepúsculo se encontrarán en Ionia, un país de Runaterra.
Donde la joven maga deberá pagar por la negligencia de su actitud, ya que se negó...
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Cuando desperté, todos estaban a mi alrededor.
Sanos y salvos... Gracias, gracias a Dios!!!
"Ch-..."
No pude subir mucho mi cabeza, y tampoco hablar.
"Kayn con cuidado! No deberías de hablar por ahora." Dijo Ekko mientras se acercaba un poco a mi. "Amigo te apalizaron bien..."
Volví a bajar mi cabeza hasta quedar totalmente tumbado. Mi boca sabía a sangre, parecía que había sangrado por intentar hablar.
"Hay que ver de verdad... Siempre te estás haciendo daño, no paras quieto?!" Se quejó Zoe, la cual me acariciaba el cabello.
Una Zoe mayor, no solo de madurez y confianza, si no en su cuerpo.
Con los pechos más...
...! Me obligé a apartar la mirada, aunque ya era tarde.
"Se te nota un montón, bobo." Se rió Rhaast, el cuál descansaba tranquilamente en mi hombro.
Zoe... Había crecido otra vez.
Si antes parecía de mi edad, ahora parecía una adulta hecha y derecha, cerca de Heiger.
Akali me miraba distinta.
No ocultaba su preocupación por mi, además parecía herida en algunos lados, llena de moratones y algunos rasguños. Pero no por un arma... Y sobre todo, parecía querer hablar conmigo.
Ekko estaba algo más... Distinto? No era capaz de notar lo que... Pero si que parecía haber cambiado algo dentro de él.
Rhaast...
Seguía siendo la misma guadaña parlanchina de siempre. Pero era mi más cercana compañía. Y por algún motivo sentía mi brazo darkin más protegido, y confiado.
Tabira jugaba con mi trenza, deshaciendola con sus dedos. Ella solo tenía la sonrisa de una pequeña con una aventura que contar.
...
"Contadme... Que ocurrió?" Dije entre tosidos ensangrentados.
* * *
Resultó que la biblioteca era más bien un hotel. Ya que las puertas de madera por donde habíamos entrado hacían de habitación.
También abundaba la comida y la bebida. Todo menos mapas.
"Ojalá tener formas de girarnos." Suspiró Zoe mientras bebía de su cantimplora, algo precavida del agua que nos ofrecían.
Una precaución mía...
"Bueno, tampoco nos hace falta un mapa, no?" Rió entre dientes Akali. "Solo tenemos que subir para arriba."
