Cambio de Roles

Más y más noticias.

Alice
Serví un poco de limonada en un vaso, guardé la jarra en el refrigerador y me fui a sentar junto a Nick mientras su madre regresaba del trabajo. Estaba entretenido viendo un reality show.
Era sobre tres hermanas que eran súper ultra millonarias por hacer nada ya que su padre lo ganaba y básicamente era su vida diaria, se pelaban porque una había usado el labial de la otra o porque no encontraba un anillo etc etc,
¿Quién ve esto?

Gracias a dios llegó Mary más callada de lo usual y se veía algo nerviosa.

-Hola chicos- nos saluda cerrando la puerta lentamente. - ¿Qué ven?

-Las Kardashianas- dice Nick cambiando de canal- Creo que así se llaman.

-¿Cómo te fue?- le pregunto mirándola mientras se sienta en el sillón frente a nosotros.

-Muy bien- se alegra- De hecho quería hablar contigo Nickolas..

Miro a Mary problemática, miro a Nick que presiona el botón rojo del control y dejándolo en la mesa. Creí entender así que me levanto para dejarles a solas pero algo toma mi mano.

-Quédate - declara sin despegar la mirada de su madre.

Asiento y me siento incómoda removiéndome en mi lugar.

-¿Qué pasa?- pregunta el.

-Pues, en los últimos meses he estado saliendo con alguien..- dispara su madre roja de vergüenza.

-¿Y?

-Quiere conocerte.. Y me propuso matrimonio....hoy...- dice lenta y pausadamente tratando de sonar lo mas calmada posible.

-Nombre.

-Nathan Williams.

-¿Tiene trabajo?

- Trabaja como contador en el banco de Londres..

-¿Cuánto llevas saliendo con ese chico?- pregunta como un padre a una hija.

-12 meses..

-¿Cuándo lo verás?

- ...hoy?- dice nerviosa e insegura.

Nick respira profundamente y asiente- Iré, no dejaré a una mujer sola con un hombre a altas horas de la noche.- dicho esto se levanta y se encamina a las escaleras pero se detiene y voltea a vernos.

-Y tú también vienes- me señala antes de subir las escaleras.

-Supongo que eso resultó mejor de lo esperado- dice mirando por donde se había ido.

- Si, eso creo- sonríe y ríe su madre irónica.

•••

Me miré por última en el espejo de cuerpo completo que tenía en mi habitación, llevaba un vestido rosa pálido de tirantes cruzados por la espalda que me llegaba hasta un poco arriba de la rodilla, zapatos de tacón grueso y de terciopelo negro con un broche en medio del pie cerrados. Mi pelo estaba amarrado en un chongo algo desordenado, maquillaje básico y labial rojo.

Tocaron la puerta, tomé mi chaqueta negra que estaba sobre mi cama toda deshecha, soy toda una dama.
Mi bolso en forma de sobre rojo y listo.

Salí y sentí mi quijada caer y rodar como tapa de olla.

Un traje negro, corbata negra, zapatos perfectamente pulidos negros y una camisa extremadamente blanca.
Y dentro de todo esto esta el hombre más frío de todos, y era mío.

-¿Nos vamos?- me pregunta poniendo su brazo para que lo tomase.

-Claro..- digo entrelazando nuestros brazos.