El fantasma de la ópera

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Había centenares de limosinas en fila frente a la entrada del auditorio, mujeres con diamantes brillantes colgando de sus cuellos y muñecas y vestidos de clase y hombres elegantes con trajes negros.

Alice bajó de la limosina y notó en el cielo las luces perdiéndose en las nubes que patrocinaban la obra. Suspiró con pesadez y empezó a seguir a su padre, subió las escaleras de mármol rojo pasando a través del salón sostenido por torres de marfil perla.

-Alicia- La llama su "madre".- Te ves adorable hoy, de hecho- entrelaza su brazo en el antebrazo de Alice- quería pedirte un favor.

Alice la analizó con la mirada; llevaba un vestido de tirantes en corte bastante pronunciado color carmín y joyería dorada de calidad.

-Un favor?- habla sin vida.

-Si,- asiente como tonta- quería preguntarte cosas sobre tu padre. Creo que me está empezando a agradar.- contesta problemática.

-Disculpa?- pregunta sin comprender.

-Si, Bueno, ambas sabemos que no me interesaba tu padre por su personalidad, sé su verdadera naturaleza- contesta en su oído.- Después de todo el amor es nada. Pero bueno, volviendo al tema--

-Alicia- oigo a mi padre llamarme, le mira con recelo y sabe que era el momento de olvidarse de los problemas de si misma, ahora, era el momento del show.

Alice caminó hasta estar a lado de su padre, se enganchó de su antebrazo y remarcó notoriamente una sonrisa en su rostro.

Caminaron por la gran sala captando la atención de todos, a esto Alice respondía con una sonrisa encantadora y su padre igual.

Estaban acercándose a la entrada del auditorio pero alguien los detuvo.

-Jonathan, que gusto saber que viniste- una voz femenina se oye, ambos se dan la vuelta y se encuentran con una mujer mayor ya con canas en el cabello pero perfectamente rizado y peinado,la joyería que portaba en esos momentos la hacia parecer la reina de Inglaterra.

-Elena, se ve despampanante esta noche- se acerca su padre para besarle su mano cubierta y protegida con un guante blanco.- Cómo se encuentra?

-Complacida de ver a tan bella señorita en esta velada, encantada querida, tu eres..?- pregunta acercándose a ella.

-Alicia- contesta ella con tanta confianza como si ya supiera que decirle a quien y en qué modo.

-Precioso nombre, soy Elena. Amiga de tu padre. Y tengo entendido que te ha llamado la atención mi nieto- empieza a caminar junto a ella con su padre y con Rose detrás de ellas.

Alice mira de reojo un momento y su padre le miraba con el ceño fruncido, no debía arruinarlo.

-Así que se enteró, que vergüenza - contesta ella sonriendo avergonzada.

-Oh descuida nena, le comenté sobre ti y él también estaría encantado de conocerte- golpetea la mano de Alicia como manera de entendimiento.

-Discúlpeme?- una cosa era seguir la conversación pero otra muy diferente es entablar relaciones socioafectivas!

-Oh ahí está, Marcus!- se separa de ella para ir por un joven de cabellos chocolate levemente ondulado y ojos miel, llevaba un lunar debajo de sus labios del lado inferior derecho y portaba un traje gris brillante.

-Marcus, quiero presentarte a Alicia, es la hija de Jonathan- sonríe ansiosamente empujando a Marcus contra Alice.

Alice maldice para sus adentros, Marcus, el mujeriego de todos los hombres tenía que ser de quien hablaba. Y ahora cómo negarlo? Ella había aceptado ciegamente que estaba "interesada" en el. Su noche no podría ser peor.

-Hermosa ópera, si que sí - sonríe complacida Elena saliendo del auditorio dirigiéndose a la salida.

Todos los mayores hablaban mientras ellos dos se quedaban atrás, Alice quería estar como el fantasma de la ópera, debajo del mundo sin que nadie supiese su existencia mas que su amor incondicional.

-Oh eso me recuerda! Marcus, no habías dicho que le habías traído un obsequio a Alicia?- se da vuelta llamando la atención de los presentes.

-Vaya abuela que tengo- suspira problemático- Alicia esta velada a tu lado ha sido de las mejores noches de mi vida, por lo cual quisiera regalarte esto- saca una caja de su bolsillo de terciopelo azul. La abre y había un brazalete Swarovski de puros diamantes.

El toma la delgada muñeca de Alice y lo abrocha.

-Que hermoso detalles, porque no eres así de tierno conmigo Johnny?- Rose se queja haciendo puchero.

-Mañana te lo compraré, esta bien?- le contesta serio.

-Señor Bennet, la limosina lo espera- llega el chofer quitándose el sombrero.

-Está bien, Alicia despídete- El y Rose se empiezan a adelantar.

-Agradezco el detalle, pero no puedo aceptarlo, apenas te conozco el día de hoy.- se lamenta Alice tratando de desprender el brazalete pero sin su mano más hábil no podía

-Descuida, esto sirve para cambiar el marcador.- se acerca a ella.

-Marcador?

-Mi abuela quiere que consiga esposa o prometida para darme toda su herencia, pero no puedo esperar hasta que estire la pata, así que, me ayudarías no?- voltea a ver a su abuela que esperaba con impaciencia.

-Nos vemos- besa su labios lento mientras gira su rostro para que se notara que si estaba pasando.

-Lo haz hecho bien Alicia, mañana le diré al chofer que te recoja después de la escuela para que vallas de compras.- Su padre dice desajustandose la corbata.

-Hay algo que quieras?- pregunta Rose emocionada.

-Podrían detener el auto? Me siento... Mareada- contestó abriendo la ventana.

-Claro, nena. -Contesta Rose- James, podrías detenerte un momento?- topetea el vidrio que separaba a los pasajeros con el chofer.

El auto va descendiendo su velocidad mientras se acercan a la acera.

Alice abre la puerta y la cierra detrás de ella, suspira con pesadez y empieza a correr.

Cambio de RolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora