Devuélme lo que es mío

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Una cosa más, tienen sólo este día para hacer sus preguntas :0 mañana las respondo.
Enjoy..

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-Te llamo luego- dice NICK tomando mi nuca y dejando un beso tierno.- Nos vemos- sonríe y sale por la puerta, yo sigo anonadad por lo que pasó, pero algo es seguro.

Tengo que besar a Cameron por su regalo.

Tenía ganas de salir, me duché lamentando tener que dejar ir su aroma de mi piel, me cambié por unos jeans, una playera, suéter y botas. cerré con llave y bajé las escaleras de espiral.

-You spin me right round baby right round...- canturreo bajando en espiral.

Una vez que salgo el viento azota contra mi cara llenándola de pelos. Me peino como puedo y camino, no tenía un rumbo fijo pero me decidí por una plaza comercial. Entré y casi giró sobre mis talones si ESA persona no me hubiera visto.

-Alice!- su odio era más evidente que mi enanez, me giro y forzó una sonrisa torcida.

-Alex- digo "alegre"- que haces aquí?- pregunto tratando de ser lo mas cortante posible con mis mejillas entumecidas de la sonrisa.

-Sólo comprando- levanta bolsas llenas de ropa y chucherias de mujer.- Que bueno que te encuentro.

Que mal que te encuentro- A si?- me guardo mis pensamientos- Porque?

Sonríe y se acerca a mi- ¿Cuánto tiempo tengo que esperar para que dejes de jugar con Nick?-

Me cago en la concha de Rose.

-¿A que te refieres?- A la mierda mi sonrisa y modales, ella también se deja de juegos, ahora era una pelea gato-perra.

-Creo que tengo que explicártelo - bufa molesta- En este cuadro estamos Nick y yo, tu sobras.

Mis manos se hacen puños en mis bolsillos- Lo siento, pero tendrás que esperar un largo tiempo. No pienso separarme de él.

Ríe roncamente - Eso es lo que todas dicen de sus hombres, me sorprendió que salieras de tu cama hoy, estoy segura que Nick no te dejó dormir.

Una cubeta de hielo cae en mi imaginariamente, esto se está poniendo feo.

-Devuélveme lo que es mío -

-Nick no es un objeto para decir que es tuyo.

-¿Entonces porque tu andas diciendo lo mismo?- pregunta inocente.-

-¿Cómo sabes que...

-Oh, adiviné? Que suerte tengo!- chilla aplaudiendo, la muy puta me engañó.- Nena, quiere saber porque sé?- pone su mano junto a mi oído antes de decirme un secreto, un secreto que no quería saber- Lo conozco de toda la vida, TODO.

Respiré profundamente antes de empujarla contra la pared, por suerte no había nadie alrededor, sería el crimen perfecto. La miré con ira.

-¿Que harás? Me ofenderás con palabras?- ríe.

Sonrío - ¿Quién dijo que usaría violencia verbal?- se deja de reír mientras ve mi puño estrellarse junto a su cara chocando contra el marmol de la pared, escuché un leve crack, no sabia si era de la pared o de mi mano.
Pero no importaba, la adrenalina suspendía el dolor.

Veo que se deja caer sorprendida.

- Hazme un favor y guárdate tus ladridos- escupo con desprecio antes de salir por donde entré.

Caminé por la calle con la mano guardada, pasé junto a una tienda de adopción de animales, entré y pregunté si aceptaban a una perra loca desquiciada. La señora me miró como si estuviera loca. Reí y pregunté que perros tenían.
Me llevó a las jaulas y el único que llamó mi atención fue un pug café gordito.
Miré de cerca a la criatura y no tenía un ojo, pregunté y me dijeron que un gato la había atacado.
La tomé y brazos y sus patitas patalearon, la bajé y corrió a mi alrededor resbalándose un poco.

Cambio de RolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora