Regresamos un poco antes de lo esperado. ¡Cuack! ¡Cuack!
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—¡Jack!
El conejo estaba saliendo de su sala de clases para despejar la mente durante el recreo, cuando fue interceptado por sus cuatro ex compañeros de banda. Charlie iba al frente dirigiendo la comitiva. Venía saludando alegremente con su mano, pidiéndole al joven un poco de su atención.
—¿Qué sucede? —preguntó el joven un tanto sorprendido por la presencia del grupo.
—¡Jack! —respondió el labrador—. Te estábamos buscando.
El conejo los observó con una ceja arqueada y con las manos en los bolsillos.
—Mira —comenzó su discurso—, la verdad es que hemos estado conversando en este último tiempo, y la verdad... este...
El labrador se rascaba la nuca con fuerza mientras miraba hacia una esquina del pasillo. Su discurso rápidamente se transformó en un balbuceo inteligible.
—No hemos encontrado otro guitarrista para la banda —intervino el mono—, o al menos no uno tan bueno como tú.
Jack terminó por arquear su segunda ceja mientras se cruzaba de brazos.
—Entonces pensamos: ¡Hey! ¿Por qué no hablamos con Jack? —prosiguió el mono—. Total, ha sido nuestro gran amigo por años, y a fin de cuentas, ¿para qué mantenernos separados?
—La verdad fue Francesca quien insistió en que volviéramos a hablar contigo... —intervino el lobo antes de recibir un codazo de parte de la cerda.
—El punto es que —Charlie retomó la palabra intentando mantener la vista fija en Jack—... ¿Te gustaría volver a la banda?
El silencio entre el grupo no se hizo esperar. Jack ya se había hecho a la idea de haber perdido a la banda para siempre. De hecho, su mente se encontraba ocupada con sus problemas familiares. El embarazo de su madre lo mantenía preocupado, expectante ante lo que pudiera pasar. Aunque vigilaba con recelo a Jacob, el joven no volvió a tener un arrebato de ira. Se le hallaba incluso más tranquilo y amable de lo que estaba hasta antes de aquel arrebato. Parecía que poco a poco volvía a ser el de antes.
Intentó animar mucho a Yuri, quien en secreto, era su hermana favorita. Los últimos golpes de la vida la habían afectado bastante. La invitaba a jugar videojuegos y se dejaba ganar sin que se percatara, con la esperanza de regalarle un instante de felicidad. Jimmy por su parte comenzó a actuar extraño. Era algo que simplemente no podía descifrar. No existía una actitud particular que lo delatase. Simplemente percibía algo extraño. Intentó conversarlo con Yenny, quien por fortuna parecía haber superado todo sus traumas, pero tampoco tenía respuestas. También se acercó bastante a Francesca, con quien compartía todas sus preocupaciones. En poco tiempo se habían vuelto muy unidos.
Jack miró al grupo como quien observaba a un extraterrestre con detenimiento. Su encuentro fue una parada crítica en medio de la batahola de ideas y pensamientos que volaban en su cabeza. En ese preciso instante se preguntaba en dónde podía encontrarse el Maestro Jobeaux.
—¿Qué me dices? —insistió Charlie con nerviosismo ante el silencio del conejo.
—Yo... la verdad —comenzó a hablar con nerviosismo—... no lo sé... han pasado tantas cosas últimamente que no creo tener cabeza para la banda...
—Jack —se adelantó Francesca—, te hará bien distraerte un poco. A mí me ha servido con lo del tema de Amalia. Sé que no va a solucionar tus problemas, pero te hará un poco más feliz.
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Amor prohibido
FanfictionYin y Yang mantienen un matrimonio normal con cinco hijos, sin que nadie sospeche que son hermanos gemelos. Dejaron atrás el Woo Foo, su pasado, su vida, su historia, todo para comenzar una nueva vida juntos, en una nueva ciudad. Todo cambiará cuand...