—Bien alumnos, como sabrán, la señorita Lina Swart es la nueva orientadora de la escuela, y hoy ha venido a darles una charla que será de vital importancia para sus vidas —el director Dankworth infló el pecho de orgullo frente a los treinta adolescentes que lo observaban fijamente. Los últimos grados escolares tenían la importante misión de decidir qué hacer con sus vidas a la hora de egresar. Para eso Lina se encontraba a su lado. Tras su presentación, sería el turno de ofrecerles una charla general al penúltimo grado sobre cómo tomar correctamente tamaña decisión.
—Muchas gracias director —respondió—, sé que para muchos sonará bastante preocupante tomar esta decisión, pero no hay que tenerle miedo. Quiero que entiendan que si se equivocan no es el fin del mundo, y que si logran conocerse a sí mismos, podrán tomar la decisión correcta.
Mientras Lina hablaba, no le quitaba la vista a Yenny. Tras la explosión de la escuela, su trabajo se redujo a un confinamiento en su hogar. Con el pasar de los días, la idea que apuntaba a un matrimonio entre Yin y Yang se había diluido entre sus recuerdos, hasta el punto de considerarlo parte de su imaginación. Llegó a considerar que ese matrimonio que vio con cinco hijos afuera de la escuela no eran la misma pareja de hermanos con quienes había compartido durante su infancia. Tan solo era un desliz de su cerebro, un alcance de nombre y apariencia. Pronto dejaría de prestarle atención al asunto, quedando en el olvido en medio de un montón de otros pendientes.
Aquel primer día tras el retorno a las clases, ella se topó cara a cara con la hija mayor de este matrimonio. Era inevitable el parecido con sus progenitores, y no se refería necesariamente a la pareja que vio afuera de la escuela el primer día. Su físico era idéntico a aquella Yin que vio en la heladería la última vez antes de desaparecer del pueblo sin dejar pistas. Su pelaje era una mezcla perfecta de los colores de los gemelos. Y sus ojos, eran exactamente los mismos que Yang le presentó la primera vez que se conocieron en esa feria durante su infancia.
Yenny por su parte, estaba lejos de la sala de clases. Con sus dos padres ahora trabajando y dos de sus hermanos en el hospital, la vida se había vuelto cuesta arriba. Sus responsabilidades y preocupación hacia su familia aumentaron. Esto le absorbía gran parte de su vida. ¿Vocación? ¿Futuro? Primero debía solucionar su presente. A su lado Susan hacía lo posible mediante morisquetas para traerla de regreso a la Tierra.
Tras la retirada del director, Lina presentó un discurso que podría haber interesado a más de alguien, pero que a nuestra protagonista le costaba interiorizar. A pesar de todos los problemas, ambos padres acordaron que debía vigilar a Jack, impidiéndole asistir a sus clases de Woo Foo. Ella lo encontraba absurdo. Jack era quien mejor podía cuidarse de todos los hermanos, y quien incluso podría ser de ayuda en medio de este caos, incluso a pesar de su inmadurez. A pesar de sus alegatos, la orden quedó zanjada. Ella pensaba hablar seriamente con él después de clases en busca de respuestas.
—¿Aun no entiendo por qué es una pregunta vocacional el saber si te gusta el olor a gasolina? —Susan se encontraba comentando el test vocacional que Lina les había entregado tras su charla.
Ella y Yenny se encontraban fuera de la sala caminando por los pasillos del colegio una vez finalizadas las clases. Yenny caminaba en silencio en dirección fija a la sala de música. Allí solía ensayar Jack junto a su banda. Susan caminaba a su lado de forma distraída, mientras intentaba arrancar a su amiga de su preocupación.
Susan era una osa parda con una dulce sonrisa. Tenía una estampa de delicadeza, simpleza y alegría. Amaba tomar las cosas con ligereza, minimizando lo más posible las preocupaciones. Con su chaleco sin mangas color rojo sobre su blusa colocada descuidadamente, se la podía ver caminando despreocupada, sonriéndole a todo y a todos, pero sin fijarse en su propio camino. Su torpeza también formaba parte de su currículum vitae. Desde la primaria se había llevado bastante bien con Yenny. Eran más parecidas de lo que las personas pudieran imaginar, mientras que en sus diferencias solían complementarse bastante bien.
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Amor prohibido
FanfictionYin y Yang mantienen un matrimonio normal con cinco hijos, sin que nadie sospeche que son hermanos gemelos. Dejaron atrás el Woo Foo, su pasado, su vida, su historia, todo para comenzar una nueva vida juntos, en una nueva ciudad. Todo cambiará cuand...