Capítulo 58

12 1 0
                                    

Y ahí me encontraba yo, dando vueltas en círculo como un trastornado en el patio trasero de una casa de los suburbios. Habían encendido un potente foco instalado encima de la puerta que daba al patio, encegueciéndome cada vez que me atrevía a mirar a la casa. Lo único que me controlaba era un cigarro cortesía de Yakko. Él lo hizo aparecer con su magia apiadándose de esta pobre alma perturbada. Podría haberlo hecho por mi cuenta, pero simplemente estaba demasiado impresionado como para reaccionar.

Había revisado a ese niño. ¿Era posible tanto poder junto? Mi respuesta era afirmativamente un no, pero ahí lo tenía, tan real como aquel foco enceguecedor. Woo Foo: era la pista clave. No conocía muy a fondo el Woo Foo. En Hogwarts te enseñan de manera muy sencilla cada una de las 16666 fuerzas sobrenaturales existentes sobre el universo. Era la primera vez que me enfrentaba con el Woo Foo. Normalmente en estos casos regresaba a Hogwarts o alguna biblioteca que supiera me puede entregar la información que busco. Ahora no podía hacer eso. Necesitaba respuestas ahora. ¿Qué escondía el Woo Foo?

Comencé a materializar libros y pergaminos a mí alrededor mientras no me dejaba de pasear por el patio. La luz me ayudó a leer sin problemas todo el material. Los libros y pergaminos que no usaba flotaban junto a mí con una danza tranquila. ¡Cielos! Debí parecer un loco absurdo delante de esa familia. De seguro me estaban siguiendo con la mirada, intranquilos, expectantes ante mi siguiente movimiento. Yo apenas podía verlos. Estaban protegidos bajo el alero del foco sobre sus cabezas.

Pronto descubrí que el Woo Foo era una rama de las artes marciales cuya filosofía está fundamentada en una fuerza interna dual alimentada por el espíritu del individuo. Todos podemos desarrollar la habilidad Woo Foo, que no solo fortalece nuestro espíritu, sino que el de nuestra descendencia. A lo largo de la historia los guerreros Woo Foo han fomentado el traspaso de sus enseñanzas por generaciones, para así generar guerreros cada vez más fuertes. Pronto descubrieron que si ambos padres practicaban Woo Foo, los hijos nacerían con aún más poder que aquellos que solo tenían a uno de sus progenitores como guerrero Woo Foo. Por un momento supuse que el niño vendría de un largo linaje de guerreros Woo Foo hasta que me topé con la descripción del poder interior que debía tener y concluí que no cuadraba. Más bien parecía una energía Woo Foo pura y uniforme (sin contar con aquella energía que la recubría). Si pudiera hacer una analogía, sería como comparar un bello cisne de cristal con dos cisnes de cristal de diferentes colores que partieron por la mitad para fundir cada mitad diferente y hacer un nuevo cisne.

Pronto regresé a una nueva teoría: sólo uno de sus padres provendría de un vasto linaje de guerreros Woo Foo. Eso podría explicar la pureza de su energía. Por un rato barajé la idea de que su padre se lo hubiera heredado. Entre tanto libro que revisé, me encontré la historia de un guerrero de nombre Yo Chad, quien fue uno de los grandes guerreros Woo Foo del siglo veinte. Pero lo descarté al comparar el nivel de poder que vi en el niño. Para alcanzar ese nivel, su linaje debía comenzar hace tantas generaciones atrás que me llevaba incluso antes de la formación de la vida en la tierra.

¿Entonces qué era? Estaba haciendo los cálculos comparando el nivel de poder interno calculado en aquel famoso maestro y comparándolo con lo que yo estimaba del niño. Sí, matemáticas. No eran muy exactas, y encima se usaba otro sistema de medición basado en runas, complicándolo aún más. Hacía cálculos dibujando con mi índice en el aire, dejando con mi dedo una estela fosforescente que se notaba por sobre la noche y la luz potente. Simplemente no calzaban los números. ¿Entonces qué pasó aquí? ¿Algún power up? ¿Alguna clase de truco? Si era algo de eso, ¿qué truco era compatible con el Woo Foo? Existen power ups para distintos poderes y fuerzas sobrenaturales, pero no funcionan para todos los casos. Los practicantes de Woo Foo se habían encargado de ocultar este tipo de detalles.

La respuesta, la bendita respuesta llegó de la mano de un viejo pergamino. Era una teoría presentada por parte de un par de antiguos maestros Woo Foo. Fue desestimada porque era muy difícil de probarla. Pero, tras realizar los nuevos cálculos entre el niño y su aparente abuelo... calzaba. Por fin detuve mi andanza. Me encontraba de espalda a la casa observando estupefacto los cálculos hechos sobre una pizarra invisible. Apretaba con mi mano temblorosa el pergamino que explicaba aquella teoría. Detrás de mí, se encontraba la evidencia de lo plasmado sobre aquel papel.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora