-¡Jack! ¡La mataste!
Una Yenny con el rostro desencajado cubría su boca con ambas manos en busca de retroceder y escapar frente a lo que estaba siendo testigo. Negaba con lentitud mientras luchaba internamente para evitar largarse a llorar sin control. El miedo la abrazaba con su hedor helado, obligando a paralizar cada músculo de su cuerpo.
A su lado, Jack respiraba con dificultad. Recién comenzaba a meditar sobre lo que acababa de ocurrir. En su interior sólo ardía una rabia iracunda capaz de arrasar con cualquiera que se le cruzara por el camino. Sus puños gigantes desaparecieron al tiempo en que aparecieron sus puños humeantes de tamaño normal. Era difícil clarificar su mente frente a la adrenalina que aún azotaba sus sentidos. Hace tan solo unos segundos la dura voz de su abuela se encontraba triturando sus pensamientos, con golpes dolorosos que increíblemente puede provocar el odio sin tocarte.
-¿Te estás propasando con tu hermana?
-¡¿Qué?! -balbuceó el conejo víctima de la sorpresa.
-Ya tuve suficiente de ustedes -bramó la anciana acercándose peligrosamente al chico mientras lo amenazaba con su índice inquisidor-. No voy a permitir que esto del incesto se quede en la familia.
El silencio atronador se cruzó entre ambos contendores. Jack le regaló una mirada asesina a la anciana. Yanette no daría su brazo a torcer con facilidad.
-Señora, no estábamos haciendo nada malo -Yenny decidió intervenir-. Jack se encuentra afectado por todo lo que hemos estado pasando. ¿Qué tiene de malo que consuele a mi hermano?
-Consolando -respondió la anciana con desprecio-. Mira, a pesar de que tus padres estén aquí, quien está a cargo tuyo, de tus hermanos y de esta casona soy yo -agregó amenazante mientras le regalaba una mirada de terror-, y no voy a permitir que te conviertas en una zorra.
-¡Oiga! ¡Cuidado con su lenguaje! -intervino Jack empujando a la anciana hacia atrás de manera violenta-. No va a venir a tratarla así.
-Tú también ten cuidado con cómo me tratas -contestó la anciana regresando a confrontar a los conejos-. No quiero ver ningún acercamiento enfermizo entre los dos. Tal vez no pude hacer nada por sus padres, pero sí voy a impedir que esta historia se repita.
-¿Y qué quieres? -gritó Yenny enojada apretando los puños-. ¿Que no nos toquemos tan siquiera?
-Ojalá que no -dictó autoritaria-. No tienen por qué hacerlo tan siquiera. Tampoco quiero miradas sospechosas ni cosas extrañas -le ordenó.
-¡No tiene por qué ser tan mal pensada! -se quejó la chica.
-No volveré a permitir que la historia se repita -sentenció Yanette para luego darse la vuelta rumbo a la salida-. Ya tengo suficiente con la inmoralidad de sus padres para que vengan ustedes a seguir sus pasos.
-¡Ya basta! -el grito de Jack paró en seco a la anciana-. ¡Eres una maldita bruja!
Yanette contestó con tranquilidad sin voltearse:
-Si no me hubieran arrebatado a mis hijos, ustedes nunca hubieran nacido. He llegado hasta aquí para corregir ese error. No volverán a nacer más hijos del pecado bajo mi alero.
-¿A qué se refiere? -Yenny lanzó su pregunta.
-Ese bebé que espera tu madre no respirará mientras yo viva -sentenció Yanette.
Fue la palabra clave para encender las alertas en la mente de Jack. Todo se cruzó a alta velocidad. Saltar del recuerdo de su infancia a su calco en el presente. Imaginarse a su madre sufriendo un nuevo aborto. Dolor, sangre derramada, muerte. La dura mirada de satisfacción de la anciana, observando con malicia el fruto de sus planes. El corazón atravesado del conejo al sentir el peso del odio más duro definido sobre la anciana. Un ataque de locura que ni siquiera el propio conejo pudo prever.
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Amor prohibido
FanfictionYin y Yang mantienen un matrimonio normal con cinco hijos, sin que nadie sospeche que son hermanos gemelos. Dejaron atrás el Woo Foo, su pasado, su vida, su historia, todo para comenzar una nueva vida juntos, en una nueva ciudad. Todo cambiará cuand...