Capítulo 72

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Patitos! Primero que todo, perdón por la demora. Tenía muchísimos deseos de estrenar este capítulo en particular el domingo pasado. Incluso tenía deseos de estrenarlo durante la semana una vez que no pude estrenarlo el domingo pasado. En particular, el domingo pasado fue bastante extraño, y la semana muy ocupada. Lamento haberles fallado.

Aunque sé y he recibido más de un mensaje mostrando su admiración por la constancia en este fanfic, debo insistir que la publicación semanal de este fanfiction me la tomo realmente en serio. Cuando digo «casi todos los domingos», es porque ese «casi» debe ser una excepción y no una costumbre. En particular, en lo que va del 2021 ese «casi» se ha hecho más frecuente de lo que debería. De dos faltas el 2020 pasamos a nueve en lo que va del 2021. Tal vez la incorporación de otros fics como «Polidrama» y «El Tiempo en Chillán» haya subido la carga. Tal vez simplemente la exigencia en mi vida personal ha aumentado por razones familiares y académicas. Tal vez prefiero quedarme mirando el techo con la música de Spotify a hacer algo por mi vida.

Le agradezco que valoren la constancia en este fanfic. Les quiero prometer, asegurar con todo mi corazón, jurarles por lo más sagrado, que este fic proseguirá hasta su final. Puede que ese «casi» sea más grande. Puede que repentinamente me salte dos semanas. Lo que les puedo asegurar son dos cosas. La primera es que este fanfiction llegará hasta su final. Les puedo asegurar que estamos más cerca del final que del comienzo. Lo segundo es que, en caso de una falta, siempre será avisada con antelación en mis redes sociales. Es por lo mismo que sería bueno que me siguieran por allá, para no desesperarse en caso de cualquier cosa.

No les fallaremos. Palabra de pato.

PD: no me interesa hacer este tipo de promesas en «Polidrama». Nació en medio del descalabro del 2021. Está preparado para aguantar hiatus de tres semanas o más. Amor Prohibido en cambio está más viejito. Hay que tener cuidado con el tata.

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—¿Qué es lo que recuerdas?

Carl y Ella habían regresado al living junto a la chimenea. Ambos se encontraban sentados en el sofá junto a la ventana. El día soleado del exterior contrastaba con el frío que se podía percibir en Alaska. Ella se notaba muy confundida con la bolsa de recuerdos que le cayó de golpe. Carl la observaba con paciencia, dispuesto a ayudarla con la digestión emocional.

—Yo —balbuceó apenas capaz de mover sus labios—... recuerdo que esa noche salí al bosque luego de sentir la presencia de Bob merodeando por ahí.

Los recuerdos poco a poco comenzaron a organizarse. Ella sabía cómo actuar ante un shock de estas características. Más que mal ella era experta en el campo de la mente. Recordó el encuentro con Bob de aquella noche, la intromisión de sus padres, la aparición de Yuri, ¿la aparición de Yuri?

—Esa niña —balbuceó de pronto—... ¿Quién es ella?

—Yuri Chad —respondió Carl—. Es hija de Yin y Yang.

—¡¿Hija de Yin y Yang?! —se le escapó la exclamación a la tigresa.

—Esos conejos terminaron teniendo cinco hijos —le explicó la cucaracha—. Yuri está empezando con eso de los viajes en el tiempo.

La mirada de desazón de Ella no podía ser borrada con los detalles entregados. Aún le parecía increíble que aquella inocente broma terminara con más hijos del pecado engendrados. No, debía haber algo más. Un algo que en aquel momento con su cerebro atolondrado no podría descubrir.

—¿Qué más recuerdas? —le preguntó Carl trayéndola de regreso al presente.

—Veamos —Ella hizo memoria—. En un momento me desmayé, y cuando desperté, Bob estaba a mi lado muy asustado. Estábamos en un lugar oscuro, rodeados de vegetación espesa.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora