-Muy bien, a la cuenta de tres, daremos comienzo a la batalla.
Yin se percató que todos se encontraban reunidos afuera de la casona, cosa que le pareció por lo menos llamativa. Se asomó junto a la muchedumbre, y lo que encontró le pareció imposible de creer. En un espacio de tierra de unos veinte metros de diámetro, se encontraban los dos tigres, el Maestro Yo y Yenny. La coneja se encontraba del lado derecho, mientras que Emma se encontraba del lado izquierdo. Ambos confrontaban sus miradas con seriedad. Efra se encontraba un par de metros detrás de su hermano, junto con el resto de la muchedumbre. El tigre observaba todo con los ojos entreabiertos y los brazos cruzados. El panda hacía de juez en medio de la arena.
-A la una... a las dos...
-¿Qué rayos está pasando aquí?
Yin decidió intervenir.
El silencio se hizo sepulcral. Solo una fuerte ráfaga cruzó el escenario alzando un halo de polvo. Ni siquiera la respiración del público era audible. La paciencia de Yin fue puesta a prueba. Su mente le daba una posible respuesta ante el silencio, respuesta que no le gustaba para nada. Apretó los puños mientras le regalaba a su padre una de las miradas más desafiantes que pudo armar.
Como respuesta, el panda sonrió:
-Enseñarte lo poderosos que son tus hijos.
Luego miró a Yenny, y gritó:
-¡Ahora!
Lo siguiente ocurrió en cámara lenta ante los ojos de Yin. El panda dio un paso hacia atrás para no intervenir. Emma levantó su mano derecha, apuntando a la coneja con su dedo índice. De la punta salió un rayo blanco rodeado de rayos electrizantes. Como escudo, Yenny colocó su naipe sujeto por sus dos palmas. Yin intentó intervenir creando un Campo Foo que sirviera de muralla a medio camino. El rayo del tigre lo atravesó sin problemas. Al momento del contacto, el rayo electrificó el Campo Foo de Yin, hasta llegar a la mano de la coneja. Como respuesta, Yin sintió un fuerte choque eléctrico sobre su brazo derecho, que la empujó un par de metros hasta tirarla al suelo. El pelaje de su brazo terminó carbonizado mientras que el dolor no se hizo esperar.
-¡Yin! -Carl, quien recién había llegado, estaba por ir a socorrerla, pero las palabras de Yanette lo retuvieron tras nada más dar un paso.
Cuando el rayo de Emma estaba por alcanzar a Yenny, emanó un haz de luz brillante del naipe que tenía entre manos, el cual interceptó al rayo. El choque de ambas fuerzas ocasionó una fuerte explosión. El brillo que escapó obligó a todo el mundo a cubrirse los ojos. El ruido paralizó los nervios de todos. El empuje los obligó a retroceder del centro de la acción. Yenny se paró con los pies extendidos para mantenerse en su sitio. Emma ni siquiera se inmutó al respecto. El polvo se levantó, dejando una cortina oscura que tras meterse en las narices de todos, los obligó a toser con fuerza.
-¡Esto es impresionante! -celebró Pablo con euforia alzando los brazos.
A su lado, Roger observaba todo con emoción. Los ojos brillantes se le notaban a la distancia. De verdad estaba disfrutando de la pelea.
-¿Sabes Yanette? Creo que con ese reloj de arena que ahora tiene Yuri, podríamos viajar al pasado e impedir que Yin y Yang inicien una relación amorosa. ¿Eso te sirve?
Mientras, Yanette se había quedado a solas con Kraggler en el despacho. La anciana debía desquitar su rabia y frustración al notar que su última oportunidad para recuperar a sus hijos se le estaba escapando de las manos. Lo que esperaba una vez fuera del hospital psiquiátrico era tener de vuelta a sus hijos, más la mancha de incesto le impedía verlos de forma diferente al asco. Se paseaba de un lado a otro con nerviosismo, imaginando cómo le daría la pócima de Jimmy a los conejos a la fuerza. Luego, echarían a los bastardos fuera del domo y harían como si nunca hubiera ocurrido el incesto.
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Amor prohibido
FanfictionYin y Yang mantienen un matrimonio normal con cinco hijos, sin que nadie sospeche que son hermanos gemelos. Dejaron atrás el Woo Foo, su pasado, su vida, su historia, todo para comenzar una nueva vida juntos, en una nueva ciudad. Todo cambiará cuand...