—¡Yo voy!
Los hermanos Chad estaban instalándose para cenar en la cocina cuando oyeron el timbre de la casa. Los soles se habían despedido, y tan solo quedaba un poco de claridad en el cielo, obligando a nuestros protagonistas a encender la luz. Esperaban que en cualquier momento llegaran sus padres. Todos apostaban a que papá llegaría primero.
Antes de que cualquiera alcanzara a procesar el significado del sonido del timbre, Yuri se ofreció a revisar poniéndose de pie. A más de alguno se le pasó por la cabeza que podría tratarse de alguno de sus padres. Pronto, lograrían concluir que sus padres traían llaves, por lo que no tendría sentido que tocaran el timbre.
—¿Quién es usted?
Tras abrir la puerta, Yuri se encontró con alguien a quien no había visto en su vida. Era una anciana coneja, alta y de pelaje morado, similar al de Yenny. Sus arrugas surcaban sobre su pelaje, y sus canas sobre sus gruesas cejas delataban su edad. Salvo por su mirada azul, para Yuri sería la versión del futuro de Yenny. Traía vendas en su antebrazo izquierdo y que no alcanzaba a cubrir su vestido de tela color pastel.
—Mi nombre es Yanette Swart, y vengo a hablar con ustedes —se presentó con autoridad.
Yuri la inspeccionó de arriba a abajo con una ceja arqueada. Intentaba escanear cada detalle de su ser con solo su mirada. La anciana frunció el ceño ante la actitud de la pequeña.
—¿Esta es la casa de la familia Chad? —preguntó con un tono serio.
—¡Yuri! ¿Quién es? —se escuchó la voz de Yenny desde el interior.
Yuri continuaba con su inspección a pesar de la molestia de la anciana, cuando Myriam apareció desde detrás de Yanette.
—Yuri, querida —le dijo con suavidad—, necesitamos hablar contigo y tus hermanos. ¿Podemos pasar?
—¡Señorita Myriam! ¡Qué sorpresa poder encontrarla aquí! —exclamó la pequeña con una sonrisa mientras se hacía a un lado dejando pasar a las invitadas.
Mientras la anciana y la ratona ingresaban al hogar, pudieron ver asomarse a Yenny y Jacob desde la entrada de la cocina.
—¿Señorita Myriam? —preguntó Yenny al verla. Aquella pregunta llamó la atención del resto de sus hermanos.
—Yenny —respondió la ratona acercándose a la chica—, tenemos que hablar con ustedes. ¿Podemos reunirnos en el living?
La coneja le dio una mirada a la anciana. Yanette se encontraba observando cada rincón de la casa expuesto a su vista. Su mirada despectiva le regaló una primera impresión de desconfianza.
—¿Quién es ella? —le preguntó Yenny a Myriam.
—Se llama Yanette Swart —respondió Yuri apuntando con su índice derecho a la anciana—. ¿No es curioso?
—¿Qué pasó con mamá? —se adelantó Jack. Él se había acercado a Yenny seguido por Jacob y Jimmy.
—Necesitamos hablar sobre eso —respondió Myriam—. ¿Podemos ir al living? —le pidió a los conejos.
La curiosidad, la incertidumbre y el temor atraparon a los hermanos Chad. Myriam invitó a la anciana al living, seguida por el resto de la familia. Le pidió a los chicos que tomaran asiento en dicha habitación. Ella, junto con Yanette, quedó al frente de ellos, preparadas para exponer su causa. Los cinco se acomodaron en el sofá frente a ellas. Se miraban entre ellos, a las invitadas, al entorno. Las ideas sobre nuevas malas noticias hicieron eco en sus mentes. No sería la primera vez, ni mucho menos la última vez, que la vida les regalaba un nuevo coletazo. Por lo menos, estaban los cinco juntos. Lo que fuera, debían enfrentarlo juntos.
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Amor prohibido
FanfictionYin y Yang mantienen un matrimonio normal con cinco hijos, sin que nadie sospeche que son hermanos gemelos. Dejaron atrás el Woo Foo, su pasado, su vida, su historia, todo para comenzar una nueva vida juntos, en una nueva ciudad. Todo cambiará cuand...