Hoy publicamos más temprano producto de las elecciones en Chile. ¡Anda a votar! Elegimos presidente, senadores, diputados y CORES (consejeros regionales). De todas formas nunca es tarde para recordar nuestra consigna:
El fascismo no tiene cabida en una sociedad libre y democrática.
Ya saben por quién NO votar.
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—¿Estás lista?
Recién el primero de los tres soles estaba asomando por el horizonte al momento en que Yang cerró la puerta de la academia para siempre. Hace demasiado poco había muerto su viejo padre como para tomar la decisión de dejar absolutamente todo atrás. Pero ya no les quedaba otra. El vientre de su hermana se estaba comenzando a notar y no quería levantar suspicacias.
Ella afirmó con la cabeza, dando la señal para la partida.
Se alejaron un par de pasos. Ambos se voltearon por última vez hacia la academia. Aquel lugar los había albergado durante siete años. Fueron siete años que les cambió la vida. Escapando desde un orfanato, ambos descubrieron al interior de su edificación lo que era una familia. Aprendieron bajo su alero todo lo que era el Woo Foo. Hicieron nuevos y grandes amigos. Conocieron el amor, y el incesto. Recuerdos que dejaron huellas al interior de aquellas paredes que estaban dejando atrás. No había otra alternativa. Había que ser fuertes. Había que dar el salto.
Era un verdadero salto de fe. El futuro era demasiado incierto. Lo único que sabían, era que iban a salir adelante junto con el fruto de su amor que estaba germinando en el vientre de ella. Paso a paso, se alejaban del pueblo que los vió crecer. Paso a paso, se dirigían hacia su destino, su futuro, sus sueños. No habían planificado mucho. Solo habían reunido unas pocas cosas personales y todo el dinero que encontraron. Solo iban a caminar sin rumbo fijo hasta encontrar una oportunidad. Debían llegar tan lejos que su parentesco de hermanos no fuera conocido. Solo en ese instante, podían comenzar a ser llamados marido y mujer.
Caminaron durante todo el día. Se fueron por la orilla de una carretera hasta que tomaron un camino de tierra que parecía abandonado. Almorzaron los frutos de unos árboles frutales que encontraron en el camino. Recolectaron naranjas, manzanas, peras y cerezas. La naturaleza se entremezclaba con la urbanidad de los sectores rurales. Se encontraban con alguna que otra casita pintoresca que echaba humo por su chimenea. Al principio ambos caminaban con nerviosismo, temiendo que alguien los estuviera siguiendo o los reconociera. Con el transcurso del día y de la caminata, se fueron liberando de las ataduras que los mantenían cautivos desde hace años. Ya habían roto varios tabúes y cientos de barreras. Una más era parte de la rutina.
Al atardecer llegaron a un camino principal sin señales siquiera de una aldea. No les importaba mayormente dormir a la intemperie. La primavera les había regalado días agradables y noches frescas. De hecho preferían dormir afuera para ahorrar dinero. Estaban acostumbrados, Durante sus días de entrenamiento más de una vez fueron enviados a misiones Woo Foo que duraban semanas enteras y se veían obligados a dormir en el suelo. Se desviaron por un camino secundario en busca de un lugar tranquilo.
—¡Mira Yang! —exclamó Yin asombrada mirando a través de unos arbustos.
El conejo se asomó y vió la razón del asombro de su hermana. En medio de un prado había un inmenso árbol solitario. No era un árbol cualquiera. Tenía un tronco delgado, pero largas y entramadas ramas disparadas al cielo, completamente cubiertas de pequeñas flores rosas.
—¡Vaya! —comentó Yang con cierto desgano. No era muy fanático de la botánica para que un árbol pudiera sorprenderlo. A diferencia de él, a Yin le fascinaba este tema, quedando impresionada ante la maravilla que presenciaban sus ojos.
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Amor prohibido
FanfictionYin y Yang mantienen un matrimonio normal con cinco hijos, sin que nadie sospeche que son hermanos gemelos. Dejaron atrás el Woo Foo, su pasado, su vida, su historia, todo para comenzar una nueva vida juntos, en una nueva ciudad. Todo cambiará cuand...