- ̗̀❛ ु ❝Yeonjun || Sriracha❞

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De nuevo estaba sola por la madrugada en el parque cercano a mi casa porque el aire me faltaba en el lugar que mis padres llaman hogar pero en realidad es su ring de pelea.

-- ¿Hay tanta necesidad en que la culpa de sus problemas recaiga en mi? Nunca les pedí nacer.

Si mi madre me oyera, ya me habría dado una cachetada por decir eso 'agradece que te dí la vida' ¿A esto le llaman vida? Creo que es mejor no haberla obtenido.

Suelto otro suspiro debido a la gran presión en mi pecho la cual empieza a crecer y amenazar con hacerme llorar, odio llorar.

Sé que nadie me ve pero me siento muy débil al hacerlo; no hay nada en mi vida que no tenga ni la más ligera inseguridad.

-- Enserio hace daño fuerte a la larga...

Oír tanto a mis padres decirme y hacerme daño durante 19 años de mi vida había dejado heridas aún sin sanar porque se abrían constantemente.

-- Ni siquiera me pude fortalecer para que no se siguieran abriendo las heridas, soy una inútil.

Mi mirada sube a las estrellas y comienzo a cantar una canción que había oído una vez y ahora no soltaba.

Una canción cual ritmo me hacía bailar un poco, intentar armar una coreografía cuando estaba sola en casa y cantarla a todo volumen.

Girl, you got a body like Sriracha
Every time I bring you ’round the homies wanna watch ya
Got it from your momma, but that ain’t what she taught ya
That’s why I call you Lil ‘Racha.

Una corta sonrisa se formó en mi rostro cuando recordé el video de un minuto que me alegro el día, esos 5 chicos que habían llegado a iluminar mi vida.

-- Si pudiera verlos tan sólo una vez, de tanto que quiero decirles se me atoraría todo en la garganta.

Seguí tarareando la canción y después de terminarla una llamada entró a mi teléfono.

Era mi madre.

No quería responder, pero el amanecer significaba otro día en que me iban a gritar y estaba cerca.

-- Mierda.

Deslicé el ícono que no quería, el íconos verde que dió inicio a los gritos de mi madre que no necesitaban altavoz.

-- ¡¿Crees que puedes irte de la maldita casa cuando quieras, pedazo de inútil?! -cerré mis ojos en busca de retener las ganas de contestarle por primera vez en mi vida- ¡Sin suspiros señorita, vuelve a casa ahora mismo que tenemos mucho que hablar!

A punto de susurrar un "voy en camino" una mano toma mi teléfono y lo coloca en su oreja; el individuo me parecía conocido pero su cubrebocas no me daba a conocer su identidad, sólo vi sus ojos achicarse en señal de una sonrisa.

-- ¿Hablar o gritarle, señora?

-- ¡¿Quien demonios eres tu?!

-- ¿Yo? Quien va a quitarle el derecho de ver a su hija a usted y a su esposo.

-- Quiero verte intentarlo, niño.

-- Tengo buenas pruebas para ello.

El grito de mi madre por la línea fue cortado por él y me regresó el teléfono para sentarse a mi lado.

*•°𝕋𝕏𝕋 𝕎𝕆ℝ𝕃𝔻°•* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora