¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Espero que te guste.
Hace tiempo comenzabamos a hablar mucho más.
-- ¿Helado favorito?
-- Chocomenta - respondió sin expresión-.
-- Omaigawd -dije buscando sacarle una sonrisa, lo cual fue en vano-
-- ¿Qué? ¿No te gusta?
-- Mmm... Nop.
-- Los opuestos... Se atraen.
-- ¿Quieres ser mi novia?
Cerraba mis ojos al pronunciar las palabras y creo que esa fue la sonrisa más grande que he visto en su rostro.
-- Claro que si.
Me acerqué a ella para abrazarla y poco tiempo después, sus brazos temblaban para abrazarme también.
En ese momento, creo que debí haberlo sabido.
Actualmente estábamos peleando en la sala de su apartamento.
-- Dímelo de una vez ¿Me engañas con alguien? ¿Soy sólo un juguete que no quieres romper ni tirar por lástima?
-- No es eso, lo sabes.
-- ¡Pero no lo dices con ninguna expresión, nunca me dices nada! Ni cómo te sientes, si me amas, nada. Sabes que soy muy tímido y me cuesta demostrar las cosas pero parezco Huening Kai si estoy a tu lado.
-- Pero sabes también que no puedo, no me permito a mi misma demostrar lo que siento.
Salí rápido de la casa para evitar crecer está pelea y enfriar la cabeza para pensar.
-- Es que no hay excusas, nunca demuestra nada.
Narrador omnisciente.
Taehyun había salido sin su abrigo, estaba muy frío afuera y no quería irse de la cerca de la casa.
Jagi sintió que el amor de su vida la podía dejar y se tiró de nuevo en el sofá, llorando en silencio.
-- No puedo demostrarlo, Tae. Deberías saberlo, tu conoces a Soobin y Soobin la pasó muy bien a comparación mía.
Jagi había crecido junto al chico, aún siendo 4 años menor, ambos se querían mucho y a todos lados iban juntos.
Si a Soobin lo molestaban, Jagi era quien iba a por ayuda con el hermano del mayor.
Sin embargo, al volver nadie iba por ella y terminaba siendo golpeada tanto por chicos en la calle como por su madre, una viciosa.
Alrededor de los 8 años fue sacada a patadas de casa y aparecía cada vez menos sonriente frente a su amigo, quien dos años después se enteró de que vivía en la calle y se lavaba para ir con él en dónde pudiera.
