- ̗̀❛ ु ❝Smells || Huening Kai❞

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Mi rutina de todos los días: Huening Kai, mi mejor amigo pero también quien me gusta (malditos clichés) y yo nos íbamos donde sus amigos, subimos al auto uno a cada esquina sin siquiera mirarnos, me dejaban en mi casa y una manzana después llegaban a la suya. ¡Ni un solo cambio! La única manera de cambiar mi tarde era que me invitarán a cenar después del trabajo o que salgamos.

Íbamos de camino al estacionamiento pero se veían extraños, se susurraban continuamente y Kai estaba nervioso a tal grado de que se enderezaba pareciendo un poste andante.

-- Kai... ¡Huening! ¡Kai Kamal Huening!

-- ¿Ah? Dime Jagi.

-- ¿Qué tienes? Estás muy tenso.

-- Nada. No te preocupes.

Asentí no muy convencida y subí al auto.

-- Hoy me sentaré al lado de Taehyun. Kai, siéntate junto a Jagi por favor.

-- Ah... Beomgyu.

Huening no lo dudó y se sentó a mi lado pasando su brazo tímidamente por mis hombros. Yo me puse nerviosa al momento de sentir su aroma que tanto me ponía loca y su presencia que me aceleraba el corazón y sin haberme dado cuenta, todos me habían visto menos él.

Arrancaron y en ningún momento quité mi vista de la ventana (al igual que el brazo de Kai no me soltó) mirando el camino y de vez en cuando el reflejo de Kai; hasta que vi mi casa pasar.

-- Te pasaste mi casa, Yeonjun.

-- Es que vas a comer en nuestra casa. - respondió Soobin-

-- Pero...

-- Tus padres no están aquí como para que me digas que te está esperando alguien -replicó Yeonjun-, todos sabemos que vives sola y tus amigas son del trabajo.

Ir a su casa es más motivo para mi que cualquier cosa; era estar rodeada de Huening Kai y su sabrosa fragancia natural.

Llegamos y como mi puerta se abría sólo de afuera Kai abrió.

-- Gracias. -respondí cabizbaja y corrí adentro de la casa-

En cuanto abrieron la puerta corrí al sillón de su sala de estar, pero un pie me hizo tropezar. Extrañamente caí en una cobija.

-- La tenemos.

-- ¿Qué? Woa, woa, woa... Dejen de darme vueltas.

Comenzaron a enrollarme hasta quedar como un maldito sushi y mis fosas nasales quedaron aturdidas ante la cantidad de perfume que tenía esta. ¿De quién era? Lo supe al momento; del chico que me veía avergonzado en este momento mientras los otros 4 se iban diciendo "fighting"

-- ¿Me explicas que es esto?

Hablaba algo débil, mi nariz es tan sensible como la de un perro y aromas que me gustaban me distraían.

-- Veo que ya te afectó el perfume, te acostumbrarás.

-- ¿De qué hablas?

-- Te llevaré a sentarte.

Me sentó en el sillón al que había corrido en primer lugar antes de esta desgracia y había un plato adelante.

Lo tomó, se sentó a mi lado y acercó la cuchara con taekbokki a mi boca.

-- Di "ah"

-- ¿Disculpa?

-- Te voy a alimentar.

-- ¿E-estas loco?

-- Abre la boca.

-- No.

-- Si.

-- No

-- Si.

-- No.

-- Si.

-- N...

Apretó mis mejillas y metió la cuchara a mi boca. Masqué haciendo un puchero y rió ante mi acción.

-- Qué tierna~

La tarde pasó rápido pero mis mejillas se comenzaban a poner de color ante los actos lindos que hacía, no me dejaba moverme ni mucho menos, si hacía algo una de sus extremidades me detenía de cualquier movimiento.

-- ¿Por qué haces esto?

Mi pregunta lo tomó por sorpresa, no respondió y siguió mirando el televisor.

-- Te hice una pregunta.

-- No es nada especial.

-- Kai...

-- No hagas preguntas estúpidas.

-- ¡Hay miles de cosas aquí que no me están diciendo que es "nada especial"!

-- ¿Cómo qué?

Esta vez me miró a los ojos desafiante y tragué duro.

-- Como esa cámara.

Desvié mi mirada a la cámara sobre el televisor y no la quité de ahí.

-- Lleva ahí desde siempre.

-- Pero...

-- ¿Otra cosa?

-- La manta bañada en perfume.

-- Es por que es mi manta.

-- Pero ¿Por qué envolverme en ella?

-- ¿Quieres saber?

¿Me lo diría? ¿Obtendría la respuesta así de fácil? Ahora la que estaba sorprendida aquí era yo. Tomó mi mentón y me obligó a verlo; al girar mi cabeza, él estaba muy cerca de mi y me sonrojé, cosa que no me pasaba nunca. Hecho esto me soltó y volvió su vista al frente.

-- Por que me gustas. -susurró-

¿Oí bien?

-- ¿Q...Qué?

- Debes estar bromeando Jagi, mira que no oirme cuando es tan vergonzoso decirlo. Me gustas y ni siquiera sé si compartes mi sentimientos pero -de golpe se lanzó a mis labios pero del susto me moví cayendo al piso desenrollandome-

- por Dios,que frío hace aquí.

Huening apareció detrás de mi, abrazando levemente mi cintura con la excusa barata de ponerme la cobija.

- Perdón por asustaste, sólo estaba nervioso y ni siquiera ví que hacía. -su naríz rozó mi hombro causándome un escalofrío- Tu olor también me encanta.

- Hueningie...

- Salgamos.

- ¿A dónde?

- No hablo de eso.

- ¿Entonces?

- Hay que ser novios.

- ¿H-hablas enserio?

- Hagámoslo.

- Gracia, gracias, gracias, gracias Jagi. Te prometo ser el mejor novio de tu vida y jamás dejarte sola. No importa mi trabajo me mantendré a tu lado ¿Puedo?

Reí por lo bajo, saqué mi brazo de la cobija y acaricié su rostro levemente.

- Por supuesto que puedes.


*•°𝕋𝕏𝕋 𝕎𝕆ℝ𝕃𝔻°•* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora