Ya habían pasado cinco días desde la partida de Nagito y el castaño aunque se sentía solo, sabía que él no estaría completamente solo.
Ahora mismo su preocupación actual es su madre, quien desde se le contó la noticia sobre las enfermedades del suertudo no se ha encontrado muy bien tanto física como emocionalmente. Volvió a tocar la puerta de la habitación de su madre por tercera vez.
—Mamá...— no hubo respuesta del otro lado — Por favor, mamá. No has comido nada..., me estas preocupando demasiado, necesitas salir — esta vez decidió no pedir permiso y entró a la habitación, encontrándose con la mujer acostada en su cama —. Mamá...
—Perdón, hijo. No me siento demasiado bien para comer..., lamento la preocupación nuevamente. Vete..., iré dentro de poco — se dio media vuelta y le dio la espalda a su hijo. Hajime, ya con ojos vidriosos, dejó el plato con comida en una mesa de luz y salió de ahí.
No es que la mujer tenga favoritismo, amaba a ambos chicos, Nagito se había vuelto un hijo más para ella, adoraba hablar con aquel chico excéntrico y raro, pero nadie estaba seguro de porqué ese afecto tan repentino. Había una muy clara diferencia de edad, rara vez amistades como estás funcionan, pero a Nagito le gustaba poder conversar con los adultos de vez en cuando.
Bajó hacia la cocina donde su papá se encontraba sentado y lo miró, el castaño movió la cabeza en señal de negación y el hombre dio un suspiro pesado.
—No entiendo — Hajime se sentó en la mesa, colocó sus brazos en esta y escondió su rostro —. Sabía que mamá podría reaccionar mal, pero no creí que tanto..., debí haber consultado contigo primero.
—No es tiempo de lamentarse, de todos modos estoy seguro de que hubiera reaccionado igual. Tomaste una buena decisión, ella solo debe procesarlo.
—¿No estás preocupado? Mamá come cada vez menos, no sonríe o trabaja.
—Claro que estoy preocupado. Hajime..., es mi esposa, tu madre, la mujer que más amo..., pero primero debemos darle su espacio, la conozco mejor que nadie. Esta noche ella y yo hablaremos como corresponde y la convenceré de que tiene que ser fuerte, después de todo, tiene un hijo que se preocupa por ella.
—Entiendo — ambos se quedaron en silencio por unos minutos, estaban tensos y nerviosos —. Papá..., ¿por qué mamá está tan pegada a Nagito? No es que me parezca malo, pero hay algo que no encaja...
—E-Eh...— el hombre vio a su hijo unos momentos y pensó en lo que diría, frunció el ceño y apartó la mirada — No lo sé, instinto materno..., supongo. Eres hijo único, yo no quiero más hijos, pero ella sí. Ella dentro de pocos años su cuerpo no será apto para tener bebes.
—...¿Estás seguro?
—Lo estoy.
Aunque Hajime fue respondido, no se sentía satisfecho. Primero su padre supuso pero luego aseguró, para él eso no cuadraba..., ¿pero qué podía hacer en ese momento? Ni siquiera sabe que busca en primer lugar —"¿Una respuesta?"— Si, pero no sabe por dónde comenzar, sin siquiera una idea de que podría hacer, entonces no le quedaba de otra que quedarse callado. Por ahora su prioridad será la recuperación de su madre mientras espera pacientemente la llegada de Nagito a la casa, que quizás esa también pueda ser su salvación.
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Nagito mientras tanto estaba un poco... raro. Siempre se sentía de forma neutral o feliz, pero esta vez no tenía nombre para su situación.
Estaba en la habitación de las chicas, sentado en el futón de Sonia mientras esta le limaba las uñas. Estaba rodeado también de algunas de ellas en la habitación mientras se arreglaban o hablaban.
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Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommed
Fanfiction[AU: Side Despair] Nagito Komaeda tiene poco tiempo de vida, pero eso no es un impedimento para él. Está en su primer año de instituto con todos sus nuevos compañeros, con el pasar de los días, se dará cuenta de que hay algo... o alguien que siempr...