Nagito y Hajime estaban acostados en la cama, solo habían pasado unas dos horas desde que llegaron y se acostaron. Pero uno de ellos no podía dormir correctamente, siendo Nagito el habitual, era casi común para él.
Sintió como en su nuca la respiración relajada de su novio chocaba contra su piel, indicando como estaba dormido mientras lo abrazaba por la espalda. Se sintió incómodo de repente, miró su mano vendada y luego frotó sus piernas entre ellas; no se sintió bien consigo mismo.
Se sentó en la cama, quitándose las sábanas y se estiró un poco para prender la lámpara de noche, miró sus piernas y estas estaban cubiertas de sangre, la herida parecía haberse abierto. No se sorprendió de que su mala suerte le hiciera esas jugadas aleatorias de vez en cuando, pero no le causó ni una pizca de gracia. Se levantó y caminó con cuidado hasta la habitación, sacó unas vendas médicas que sabía que Hajime guardaba en su armario, pues muchas veces se ha tratado las heridas en el trabajo ahí por no querer encontrarse a ningún familiar camino al baño.
Se sentó en una silla y ahí mismo se cambió las vendas, notando que no se había abierto, simplemente manchado con la sangre de los alrededores que se fusionó con la gasa, pero antes de siquiera comenzar se quedó mirando sus piernas. Sabe porque lo hizo, era un momento que lo requería, aún así no puede evitar sentirse mal luego de dañar aún más su débil cuerpo, destruyéndose a sí mismo su autoestima. Los muslos eran una zona que sangraban mucho si cortabas, por eso los eligió. También cortó parte de la palma de su mano izquierda para dejar el rastro en las paredes.
—¿Nagito? — habló Hajime con voz adormilada, no abrió los ojos completamente debido a la luz de la lámpara, pero sí movió su mano en el colchón para intentar localizarlo en la cama.
—No te preocupes, estoy aquí — le aseguró, se ató rápidamente y caminó hacia la cama, donde nuevamente se acostó y quedaron mirándose a los ojos —. Solo me cambié las vendas.
—...¿No puedes dormir, verdad?
—Me descubriste — sonrió.
—¿Quieres hablar? Así puede que te de sueño.
—¡No, en serio! ¡Descansa! Izuru usó hoy tu cuerpo de una manera que no es apropiada, realmente debió ser agotador.
—Estoy acostumbrado a pasar largas noches despierto y a moverme mucho, esto no es nada. Solo dime que pasa, te noto raro.
—...Pienso que... — por momentos su voz se cortó, pero no quiso dejar que sus sentimientos verdaderos se revelen, por lo que comenzó a reír un poco para aligerar el ambiente — ¡Hahaha! Lo lamento, Hajime. Me corté las piernas para intentar detener a Genocider Syo, arruiné lo único bueno en mi. Ahora estoy seguro de que me quedarán unas feas cicatrices. Lo mismo ocurre con mi rostro.
—¿De qué hablas?, ¿tú?, ¿feo? Todo en ti es muy bonito — abrazó a Nagito y dejó que pusiera su cabeza en su pecho, una de sus manos fue hacia las piernas y las acarició con cuidado. Empezó a hablarle para animarlo —. Son cicatrices, no es como si me llegasen a hacer daño cuando vuelva a poner mi cara sobre tus piernas como antes. O cuando bese tu bello rostro hasta dejarlo rojo.
—¡Pff-...! ¡Hahahaha! ¿Qué dices? — se rió un poco y se hundió más entre los brazos de su novio — Aun así, siento que muchas veces terminaré enojado conmigo mismo, porque no se cuidar de mí a pesar de que haces todo para mantenerme en una pieza. Sin ti probablemente estaría desnutrido, aburrido, y la historia de siempre.
—Eres un chico fuerte. Con o sin mi, tú seguirías viviendo en búsqueda de tu esperanza. Por lo que aunque no niego que puede llegar a ser como dices, sé que puedes valerte por ti mismo, confío en ti. Sé que llegará el día en que no me necesitarás más...
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Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommed
Fanfiction[AU: Side Despair] Nagito Komaeda tiene poco tiempo de vida, pero eso no es un impedimento para él. Está en su primer año de instituto con todos sus nuevos compañeros, con el pasar de los días, se dará cuenta de que hay algo... o alguien que siempr...