Capítulo 97: Un ligero empujón

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Podría decirse que la casa de los Komaeda resultaba bastante tranquila la gran mayoría del tiempo en el que los dos chicos pasaban juntos. Apenas estaba terminando el mes de Enero.

Para alguien en específico, su vida se había vuelto un poco más ligero de sobrellevar: Nagito.

Estaba acostado boca abajo en el sofá, con sus codos apoyados sobre el asiento, lo que provoca que su torso esté levantado. En frente suyo, acostado y muy vivo, estaba Kiibo jugando con él.

Kiibo resultó ser hembra, pero no le arruinó para nada los ánimos a Nagito de tenerla para cuidar y amar. Tampoco afectó su nombre. Ahora todo lo que tenían como su ropa, collares y juguetes (y hasta cama), era de color rosa y otros colores pasteles. Podría decirse que era la bebé mimada de la casa. Ya tenía casi un mes de vida y se veía muy hermosa; peluda, con energías y un bello pelaje blanco y negro. A Nagito le parecía tan hermosa que no puede dejar de verla ni de jugar con ella, al fin y al cabo, esa belleza era producto de la esperanza de la cachorra y el amor de Nagito en cuidarla.

Ahora mismo, Nagito se ríe mientras pasa su cara en la panza de la cachorra y está reacciona también jugando y tratando de morderlo para agarrarlo mientras está panza arriba. Los sonidos que salían de Kiibo le resultaban muy tiernos a Nagito, quien sólo puede reír.

En la mesa redonda y baja del living donde solía tomar té con Nagito estaba Yasuke con un montón de hojas llenas de informes y análisis, los cuales no eran exclusivos de Nagito, sino también de sus pacientes que tenía en el Centro Neurológico. La apariencia de Yasuke cambió un poco con los días; solía atarse el cabello y ponerse anteojos para leer, lo cual no resulta sorprendente para nadie si se tiene en cuenta que lee todo el tiempo y eso le daña la vista. Con esa apariencia actual que continúa teniendo hasta en su casa, se pone cómodo y continúa con su trabajo mientras Nagito se distrae.

—¡Hahahaha! — la risa de Nagito seguía inundando el lugar mientras seguía jugando con Kiibo, quien ataca su mano — ¡No muerdas, oye...!

Nagito se acostó esta vez boca arriba mientras agarra a la cachorra y la deja en su pecho para seguir viéndola. Kiibo parecía haberse calmado, pero solo estaba esperando a que Nagito baje en ese momento la guardia y aprovechara para morderle la nariz al albino.

—¡Auch!

—¿Está todo bien? — preguntó Yasuke mientras lo miraba y se acomoda los anteojos.

—Si, solo que Kiibo es muy juguetona y cada día tiene más fuerza... — tocó la punta de la nariz donde fue mordido — Demasiada... para ser tan pequeña.

—Puede que Kiibo sea de raza. Dudo que algún perro "mix frutal" se vea así — señaló a la perrita que respira agitada y agitando su cola esponjosa mientras se sienta en el pecho de Nagito —. Además, la forma en que la encontré fue muy rara, es posible que se trate de una venta y compra de perros que se estropeó.

—Es verdad, la encontraste en la calle, en una caja atada. La veterinaria dice que es muy joven todavía para saber con precisión si es de una raza específica.

—Pues entonces no hay de qué preocuparse.

Yasuke no le prestó más atención y se siguió concentrando en su trabajo, leyendo y rayando algunos informes para escribir nomenclaturas y pensamientos científicos. A Nagito le parecía un poco exagerado el extremo de traer el trabajo a casa, ya que además de querer estar con él, desea que se relaje un poco.

Se le ocurrió la maravillosa idea de sonreír mientras deja a Kiibo en el suelo y señala con su dedo a Yasuke.

—¡Kiibo, ataca!

Kiibo se quedó quieta, mirando a la nada, haciendo que los segundos pasen y ella solo tiemble mientras está de pie en cuatro patas. Yasuke la miró de forma condescendiente, hasta podría decirse que sin ningún tipo de interés, así que giró sus ojos y volvió a leer.

Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora