El silencio no era algo tan normal en el Clan Kuzuryuu, ya que aunque solía haber ruidos o momentos de paz, siempre había alguien que por lo menos silbaba o hablaba en voz alta con alguno. Incluso hasta a veces se generaban encuentros físicos.
Sin embargo ese día, todo estaba bastante silencioso y se sentía tranquilo. Tras una ardua conversación con el jefe del clan, Yasuke salió de ahí agotado mentalmente.
Acababa de ser reconocido por el jefe del Clan, así que en poco tiempo comenzaría su trabajo. Atravesó la puerta y caminó despacio, recordando que le había dicho a Nagito que se quede por la zona para luego ir a buscarlo, aunque entiende que se haya ido a algún lado, pues estuvo una hora entera charlando de forma privada.
Caminó por los pasillos y en eso pudo oír un par de risas a lo lejos, eran risas fuertes de hombres y hasta parecía que celebraban. En un momento dado vio a un par de grupo salir sonriendo de una habitación y riendo a carcajadas.
—¡Ese tipo por poco te deja en bancarrota! — se burló uno de ellos.
—Que puto problema... — se quejó la víctima de las burlas — Ya les digo, ese niño estaba haciendo trampa.
—Acepta la derrota, hombre, te partió al medio — le dijo uno de ellos.
Yasuke ya se podía imaginar de quién estaban hablando, así que sin pensarlo dos veces, se acercó a ellos e interrumpió su camino y charla.
—Disculpen, ¿han visto una especie de adolescente que parece salido de una película de horror infantil? Tiene el cabello desordenado y blanco, es pálido y alto, hasta parece mujer — les preguntó al mismo tiempo que lo describía de la mejor forma posible.
—Si te refieres a aquel demonio blanco, entonces está allí — señaló de la puerta de donde habían salido —. Está un poco ocupado ahora mismo.
—Está bien, muchas gracias.
Con esa confirmación de sus sospechas, se retiró de ahí. Pasó luego de ellos y entró por donde los vio salir; ahí mismo se encontró con varias personas que parecían estar entretenidas viendo algo o alguien, así que se fue metiendo entre la multitud pidiendo permiso hasta acercarse.
Cuando finalmente estuvo cerca en la primera fila, fue ahí mismo donde vio algo que ya podía imaginarse pero tampoco tanto.
Nagito sonreía con confianza, divertido ante el juego que estaba teniendo con un hombre de aspecto bastante rudo. Las manos de el suertudo estaban llenas de cartas al igual que su rival, el cual se lo notaba nervioso. Yasuke no tiene idea de lo que están jugando, pero le pareció tan hipnotizante ver el aura y tensión que creaba la partida, en especial Nagito, quien le transmitía un sentimiento casi sin nombre que lo hacía fijar su mirada en él.
Pero reaccionó, dándose cuenta de que estaba ahí para buscarlo, así que alzó su voz y lo llamó:
—¡Oye, idiota!
—¿Uh? — Nagito al reconocer su voz, se dio vuelta y ahí lo encontró. Sonrió y desde su silla donde se sentaba para jugar, le habló: — ¡Hola, Yasuke! Estoy atrapado en una pequeña apuesta, pero ya termino aquí.
—¿Cómo demonios terminaste aquí?
—Estaba solo, así que un grupo se me acercó y me invitó a jugar — le respondió mientras fijaba otra vez su mirada en el juego y sus cartas. Llevó su mano al mazo para sacar una carta e incorporarla a su mano —. Me propusieron varios juegos de apuestas y bueno, aquí estoy, contra mi quinto rival.
—No vas a salir vivo de este juego, pequeña mierda — le amenazó su rival.
—¡Woow! ¡Haha! Esas son palabras muy fuertes, pero no soy yo quien está perdiendo — sonrió Nagito — Tengo tres grupos completados, mientras que tú solo uno.
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Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommed
Fanfic[AU: Side Despair] Nagito Komaeda tiene poco tiempo de vida, pero eso no es un impedimento para él. Está en su primer año de instituto con todos sus nuevos compañeros, con el pasar de los días, se dará cuenta de que hay algo... o alguien que siempr...