Capítulo 66: Contragolpe

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Llegando al salón, lo primero que hizo Nagito fue saludar a todos, quien para su sorpresa, está vez todos lo saludaron de buena manera, dejando en claro que por lo menos ya era considerado un buen compañero.

Se sentó en su escritorio y apoyó su cabeza en el escritorio. Despejando su mente por momentos, abrió los ojos levemente y desde allí a su izquierda pudo ver el escritorio vacío de Hajime.

Lo extrañaba mucho, anhelaba volver a verlo allí sentado haciendo cualquier cosa; desde leer, charlar, jugar, etc., eso era antes su rutina de lunes a viernes, pero ahora debía conformarse con ver el escritorio acumulando tierra.

Recordaba muchas veces haberse sentado arriba de ese escritorio mientras Hajime hacía su tarea, lo hacía para molestarlo, ambos en ese momento se reían y eran felices con pequeñas simplezas, pero ahora todo se esfumó, dejando solamente recuerdos melancólicos.

Cerró los ojos unos momentos, debía dormir, quería dormir. Pasó por demasiadas cosas en un día, así que su cuerpo casi que pedía gritos a través de su piel que descanse cinco minutos. Pero claro, el aula en la clase 77-B nunca podía ser tranquila, mucho menos un lugar apto para despejar la mente. Con demasiado bullicio alrededor de su cabeza, los gritos y risas estaban presentes todo el tiempo.

Estaba pensando muy seriamente si debía nuevamente excusarse y decir que debía volver al laboratorio de Yasuke, pero pronto la puerta fue abierta y ahí entró Chisa.

—Oh, Komaeda, finalmente llegas — le dijo su profesora. Parecía más seria de lo normal —. Supe que estabas con Matsuda-san.

—Si, me hizo un par de estudios — mencionó con tranquilidad su mentira.

—Me alegro por eso. Aunque... quisiera que vengas a hablar conmigo un momento a mi oficina.

Nagito no dijo nada, solo miró sin mayor expresión a su profesora, la cuál parecía preocupada. Se levantó de la silla y caminó hacia ella hasta quedar de frente a su profesora.

Los dos salieron del salón y caminaron por los pasillos en silencio, se podía sentir la tensión entre ambos. Cuando ambos llegaron al lugar, la profesora abrió la puerta y dejó entrar primero a su alumno, este asintió con la cabeza agradecido y luego entró, seguido de la profesora detrás de él. Se sentaron en las sillas y solo el escritorio de la profesora ponía distancia entre ellos.

—...Komaeda, lo sé todo — le dijo sin rodeos. Puso sus codos en la mesa y se acercó un poco más —. Me prometiste que no irías a ese lugar.

—Profesora, no sé en qué momento pensó que yo aceptaría dejar a Hajime así sin más — le respondió con sinceridad —. Pensé que me conocía mejor, pero al mismo tiempo, creo que ha sido beneficioso.

—Dime, ¿en qué demonios pensabas cuando decidiste ir ahí? Y también, ¿qué estabas haciendo allí?

—Lo lamento, profesora, pero no puedo decirle nada de lo que estaba haciendo en ese lugar — negó desviando su cabeza mirando hacia una pared —. En realidad, me interesa saber cómo es que usted sabe todo esto y cómo es que en ningún momento ha tomado represalias.

La profesora guardó silencio, pues su alumno era demasiado agudo para su bien y parece descubrir cosas con un simple vistazo. Chisa agachó un poco su mirada y observó sus propias manos unidas y acariciando sus dedos.

—Que trabaje para la academia no me pon automáticamente de su lado, por obvias razones, debo fingir lealtad eterna, pero sabiendo varias verdades de como son... Jamás estaré de sus lados — explicó. Sonrió con dificultad y siguió explicando mientras miraba sus uñas —. Tú lo sabes, fui yo quien rescató a mi alumno de ese lugar, donde apenas llegué ya pude escucharlo y presencié una de sus peores vergüenzas y humillaciones.

Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora