Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommed

Extra 1: Izuru

Izuru pov:

...Hace mucho tiempo, en un lugar oscuro, vi una luz.

En realidad, no se puede considerar siquiera eso. Sonidos distorsionados y apagados se escuchaban a mi alrededor, que molesto; eran gritos. Con el paso del tiempo, algunos de esos gritos resultaron ser llantos y la poca luz que había fue aclarando mucho más el entorno que me rodeaba en el cual nací y aprendí.

De todos modos, no fue hasta seis meses después cuando finalmente la extraña pared con imágenes y videos borrosos que me mostraba algo, empezó a aclararse y dar vista a lo que fuera que creía en aquel entonces; dos adultos, un hombre y una mujer, que me hablaban con el mismo tono chillón de siempre y que parecían siempre estar a mi lado.

Me llamaban "Hajime", pero ese no es mi nombre...

Mi nombre es Izuru. Pero yo no lo sabía, por eso, acepté que tal palabra era mi nombre o un término para referirse a mí.

A pesar de que yo ya sabía decir "mamá y papá", ellos nunca me respondieron, no importa cuantas veces los llamaba, cuantas veces grité para que me dieran atención, siempre parecía que me ignoraban y hacían cosas totalmente opuestas a mis órdenes, en cambio, respondían a las lágrimas y lloriqueos de lo que sea que sucediera. Ni siquiera llorar por horas de mi parte sirvió para que me notaran, solo respondieron a lo que sea que ellos llamaban "Hajime".

No me quedó de otra que recostarme en el suelo negro de aquel lugar mientras que con el pasar de los días, observaba mi cuerpo envejecer, crecer, seguir el orden natural mientras que al mismo tiempo observaba y oía todo lo que sucede afuera.

Desde que era un bebé que apenas lograba moverse y arrastrarse por el suelo, me vi obligado a entender que el amor sería algo que nunca recibiría.

Fue increíblemente fácil todo desde el primer momento, a tan solo siete meses desde que estuve ahí, supe que no era a mí a quien se dirigían, sino, a lo que mantenía. Pensaba que en realidad, si me estaban cuidando, pensé que me amaban a pesar de que yo no tenía una correspondencia. Se preguntarán; "¿a que se debía esa forma de pensar?" La respuesta es porque estaba vivo, nunca sentí ningún tipo de dolor, sea físico o emocional, nunca sentí algo que me alterase, pero si estaba aquí, pensando, aprendiendo, planeando, queriendo, y esas cosas me hicieron llegar a tal conclusión.

Incluso si fue así, vi como aquello llamado "Hajime", hacia berrinches, era egoísta y exigía cosas de las cuales no aportaba nada importante.

Por mucho tiempo, por muchos años... creí que yo generaba eso, porque siendo sinceros, vivía mis días aburrido desde el primer momento en que pude ver algo y quería hacer cosas diferentes a lo que veía. Las ganas de destrozar objetos y exigir siempre las tuve, por eso me vi por momentos reflejado en eso que observaba.

Al año de nacer, ya sabía los números del uno al cien, aprendí a sumar y restar de forma independiente mientras Hajime hacía dibujos raros y sin sentido en una hoja con crayones mientras se le caía la baba, e incluso, se los metía en la boca. Por mucho tiempo, todo lo que veía me molestaba de alguna manera, me generaba repudio lo lento que aquel ser aprendía a paso de caracol.

Con dos años aprendí geografía básica, mientras que Hajime apenas empezaba a armar rompecabezas de la peor forma posible, sin mencionar de que veía todo el tiempo en la televisión los peores programas infantiles.

Empecé a generar teorías sobre mi origen, pero nunca lo encontré. Es por eso que asumí que todos eran iguales que yo, que Haruka y Akihiro también tienen personas en sus cabezas y ambos conformaban la persona, o sea que, tanto el consciente, como la pequeña persona en la cabeza (segunda conciencia) son un solo ser humano.