Capítulo 44: Paredes siniestras

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El talento del Afortunado Definitivo es mucho más complejo de lo que parece, habiendo tantos tipos de suerte, la de Nagito era del tipo "egoísta". A pesar de eso, y de ser un arma de doble filo, las consecuencias de haberlo utilizado siempre son negativas.

Lo sabe y lo ignora, o quizás, simplemente se le olvida.

—Hajimeeee..., ¿cuándo saldrás de ahí?

—Hasta que mamá y papá olviden todo, hasta mi nombre.

Hajime se encontraba escondido dentro de su armario, algo muy exagerado en ese momento, pero según el propio castaño, no había mejor lugar en ese momento.

—Q-Qué vergüenza, no miraré a mis padres otra vez... — se lamentó mientras estaba en posición fetal.

—L-Lo siento mucho, hice mucho ruido ayer...

Realmente ustedes dos no conocen un límite. ¡Aaarrggh! ¡Ya lo sé, pero...! No creo que haya excusa. N-No..., no lo hay... Llegaremos tarde, muévete.

La habitación quedó en silencio unos momentos, una mano salió del armario y reveló a un Hajime Hinata totalmente avergonzado y ropa que no era el uniforme de siempre, era del Curso de Reserva. Sus padres habían escuchado gran parte del alboroto y le reclamaron por no tener cuidado, más aún por no tener en cuenta que ellos estaban.

Fue la mayor vergüenza que ha pasado en toda su vida, tan así que casi directamente entra en coma para intentar de alguna forma olvidar el problema. No puede tampoco echarle la culpa a su novio, quien además de encontrarse adolorido, no recibió la vergonzosa "charla".

—El que debería sentirse avergonzado soy yo, Hajime — le reclamó Nagito —. Esos sonidos los hice yo. Aaaah..., ¿cómo miraré a Haruka a la cara?

En vez de preocuparse por eso, deberían estar enfocados en lo más importante de hoy... — les recordó Izuru, casi parecía un regaño — ¡Cierto, la biopsia!

—Cielos, bueno, no todo podía salir bien para mi — Nagito relajó sus hombros, rendido de alguna forma ante la situación y tomó aire —. Vamos, debemos ir temprano.

—Bien, deja que busque algo más que no delate que fui parte del Curso de Reserva.

No le hizo mayor cambio a su ropa, se cambió los zapatos y color de corbata por uno color vino muy oscuro y lo tenía fuera de su chaqueta, para su suerte, no podría diferenciarlo bien de un curso con el otro. Tomó a Nagito entre sus brazos y comenzó lentamente a bajar las escaleras, observó para sus costados, fijándose de que no hubiese nadie, y dejó a Nagito en su habitual silla.

—...Debido a la operación, ¿tú no puedes comer nada, verdad?

—Si, según Tsumiki, no debí haber consumido algo en un periodo de siete horas.

—Bien, entonces vámonos aho-...

—¿No es muy temprano? — una voz femenina y sería desde el segundo piso hizo que ambos chicos reprimieran un grito del susto.

Con dificultad, voltearon la cabeza lentamente y se encontraron con los ojos verdes de Haruka, quien los observaba con los brazos cruzados desde lo más alto de las escaleras.

—B-Buenos días, mamá...

—¡B-Buenos días, Sr. Hinata! ¡Se ve tan espléndida como siempre...!

—...Estoy recién levantada y todavía no me he quitado el pijama — reprimió una sonrisa ante el intento de halago de Nagito en tal nerviosa situación. Bajó las escaleras y se colocó frente a los dos con su rostro serio nuevamente, su mirada se dirigió directamente a Nagito, quien se encogía de hombros por los nervios — ¿Y bien?

Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora