Todavía estando dentro de aquel gran hogar de tres pisos, perteneciente al único prójimo de los difuntos Komaeda, la oscuridad de esa casa era muchas veces agobiante y era difícil no sentirse incómodo algunas veces; con su gran espacio, el silencio abundante que era respaldado por sus gruesas paredes de concreto, hacían que la soledad fuera algo muy complicado de evitar sentir.
Sin embargo, era posible ser combatida con un buen humor y con las personas indicadas ahí dentro para eso. La música también era algo que ayudaba mucho, pero aunque normalmente no se oía en un volumen demasiado alto, el sonido del violín siendo tocado desde el living enviaba todas aquellas frecuencias que terminaban rebotando entre paredes, provocando un mejor ambiente que removía el aplastante y siniestro silencio.
Las delgadas y finas cuerdas del violín vibraban con ayuda de las cerdas pegada a la vara con la que se generaban de forma organizada y determinada las notas tocadas. Quien ocasiona estas melodías era Nagito, quien con su delgada figura y frágil cuerpo, sostenía el violín a la altura de su hombro y lo apoyaba en ese lugar, junto con parte de su rostro sobre el instrumento. Su único público en ese momento era quien lo incitó tanto a que le tocaran una canción, Hajime.
La canción no era perfecta, no porque estuviera mal compuesta, sino porque quien la estaba tocando era el suertudo mismo, porque hasta hace menos de un mes había comprado el instrumento para poder retomar lo que abandonó y quedó olvidado en el Neo Word Program. En su aburrimiento y búsqueda de no quedar atrapado en sus momentos de soledad cuando a veces Yasuke no estaba debido a su trabajo, pensó que la música podría ser su nueva compañía a parte de la lectura. No se equivocó cuando empezó a retomar sus prácticas porque realmente se dio cuenta de que lo disfrutaba, incluso si era para él solo. El violín resonaba y sus hermosos sonidos, muchas veces un poco desafinados, no arruinaban la pequeña felicidad y admiración que Hajime irradiaba desde el sillón donde estaba sentado frente a Nagito.
Pronto la canción terminó de forma lenta, de forma en que no pareciera brusco, siempre siendo delicado con su instrumento y la canción. Abrió sus ojos y lo primero que vio fue el castaño, quien le aplaudía con mucha emoción.
—¡Qué increíble, Nagito! — lo felicitó y se puso de pie — ¡Realmente estoy impresionado por este pequeño concierto! No esperaba que supieras tocar un instrumento tan delicado como el violín y encima de eso, que lo hayas hecho muy bien.
—N-No..., no se tocarlo — se sonrojó y evitó mirarlo mucho, muerto de vergüenza por haber tocado —. No tengo habilidad ni talento, es solo un capricho la razón de tenerlo y practicar.
—Eso no tiene nada que ver. Tu práctica, independientemente de tener habilidad o talento, fue algo que fuiste desarrollando y mejorando, eso es lo que hace especial que toques y seas escuchado — sonrió —. El caprichoso debería ser yo por insistir en que me toques una canción.
—No, está bien, fue un placer — le respondió y empezó a guardar todo dentro del estuche de forma prolija —. Si tu me lo pediste, no hay forma de rechazarlo. Estoy muy contento de poder complacerte y que te haya gustado como dices.
—¿Cuándo aprendiste todo esto?
—En el Neo Word Program con ayuda de mamá — terminó de guardar todo y se levantó con su estuche colgando de su hombro —. Antes iba regularmente. En ese lugar era mucho más fácil aprender y luego ese conocimiento adquirido se quedaba contigo incluso fuera del programa, pero si no sigo practicando ni puliendo, todo eso se va. Me pasó, por eso toco tan mal, pero esta cambiando de a poco.
—Ya veo... — se lo quedó mirando un momento en silencio, estando muy pensativo — ¿Extrañas estar ahí y verla?
—Era un IA — le respondió —, un programa que copiaba su apariencia y personalidad. Es verdad que aunque era estar con mi madre de carne y hueso, no es el mismo amor, ¿entiendes? Es simplemente eso; hablar con una computadora.
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Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommed
Fanfiction[AU: Side Despair] Nagito Komaeda tiene poco tiempo de vida, pero eso no es un impedimento para él. Está en su primer año de instituto con todos sus nuevos compañeros, con el pasar de los días, se dará cuenta de que hay algo... o alguien que siempr...