Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommed

Capítulo 88: Pocas disculpas para muchos secretos

De repente, las horas arrasaron con el tiempo en la casa de Nagito, con su pareja a su lado, empezaron a acomodar la mesa para poder empezar a preparar la cena. Ellos dos ya habían arreglado que el castaño se quedaría hasta que Yasuke saliera a disculparse, pero los minutos pasaron y eso jamás pasó, así que para cuando se dieron cuenta ya era de noche.

Nagito estaba preocupado, porque no vio a su amigo en horas y en ningún momento salió siquiera para tomar un vaso de agua o ir al baño, no hizo absolutamente nada más que estar encerrado todavía en el sótano. A pesar de estar preocupado, no puede seguir pensando siempre en él, su novio estaba con él ahora mismo e iban a cenar muy pronto.

—Nagito — Hajime lo llamó mientras acomodaba la mesa —, ¿empiezas a calentar la comida o lo hago yo?

—No, deja que yo lo haga. Gracias — le dijo mientras se acercaba a él. Cuando estuvo frente a su novio, le dio un pequeño beso en los labios y se fue de largo hacia la cocina —, te avisaré si necesito ayuda, pero por el momento no la necesito. Me harías un gran favor si te relajas y te sientas en una silla. No puedes estar tanto tiempo de pie.

—Si, claro... — le respondió medio embobado, pero hizo caso y se sentó.

Nagito sonrió muy feliz por su pareja, estaba contento de verlo cómodo y que pueda finalmente cocinarle y darle de comer algo rico y comestible. Esta noche iban a pasarla juntos luego de tanto tiempo, así que se estaban poniendo cómodos para cuando llegue la hora de dormir.

El suertudo fue hacia la heladera donde tenía el curry del mediodía que quedó para calentar y comer. Claramente a ninguno le gustaba desperdiciar la comida y repetirla no era ningún problema, mucho menos cuando sigue sabiendo muy bien. Sacó el tupper grande de la heladera y la sostuvo con cuidado de que no se le caiga.

Para sorpresa de los dos ahí presentes, un pequeño golpe en la pared de la entrada a la cocina fue escuchado, así que los dos miraron al mismo tiempo y se encontraron con la persona que tanto esperaron ver toda esa tarde.

Yasuke, estando de pie y luciendo bastante apenado y serio, finalmente se presentó ante ambos para poder conversar. Sin embargo, solo veía a Nagito, ignorando así de forma deliberada a Hajime.

—Nagito — lo llamó el neurólogo —, ¿podemos hablar?

—A-Ah... Claro... — respondió.

Cuando confirmó que podía hablar, se adentró más a la cocina y quedó frente a su amigo, quien estaba un poco nervioso pero expectante a lo que iba a decir.

—Lamento... mucho haber actuado como lo hice hace unas horas... No debí gritar, amenazar y mucho menos insultarte y empujarte como lo hice. Me arrepiento profusamente de haberte hecho pasar un mal momento, pero lo hecho ya está hecho y quiero arreglarlo de alguna manera si me permites compensarlo.

—...

Nagito se dio media vuelta y dejó el tupper en la cocina para ya no tener las manos ocupadas. Volvió a mirarlo tan pronto como estuvo libre y, con una mirada seria, se cruzó de brazos y lo miró. No parecía estar mintiendo, las palabras parecían ser de lo más sinceras y que se haya presentado como al final dijeron Hajime e Izuru indica que sí había estado meditando, ya que en ningún momento se estaba excusando o minimizando la situación.

—No quiero que te disculpes conmigo — le respondió Nagito —. No fui yo a quien heriste e hiciste pasar un mal momento.

Yasuke se dio media vuelta y conectó su mirada con la de Hajime, quien se exaltó por el contacto visual y se puso nervioso. La mirada de Yasuke lo decía todo, lo odiaba, no quería hablarle por nada en el mundo, pero si era Nagito quien se lo estaba pidiendo con justificada razón para ser perdonado, debía hacerlo. De todos modos, él ya sabía que podría ocurrir esto, así que estaba preparado.