Pretty Normal Student [Komahina/Hinakoma] © nommed

Capítulo 63: Tiempo libre e investigación

Un tarareo se escuchaba en la cocina de Hope's Peak Academy, aquel espacio donde normalmente era dominado por chefs y cocineros, esta vez se había vuelto casi un dominio del Estudiante Cocinero (alias; "chef") Definitivo, pues estaba incluso ahí en el lugar a altas horas de la mañana para preparar algunas cosas.

Teruteru tomó una bandeja con masa cruda en perfectas formas circulares con un buen volumen y tamaño uniformado, casi perfecto. Abrió el horno que tenía precalentado y dejó la bandeja dentro para que se cocine. Siguió bailando en su lugar mientras tarareaba y se movía de un lado a otro con su desafinado tono de voz.

— "Uh, uh, uh, oh siii! ¿El chef? ¡Soy yo! ¿El más sexy? ¡Soy yo! ¿El más genial d aquí? ¡Soy yo!" — cantó mientras se movía de un lado a otro y bailaba moviendo sus caderas — "¡Todos quieren un bocado de mi! ¡Y no la comida de mi cocina!"

Un sonido a su lado hizo que su canto se detenga y mirara hacia donde provenía el sonido. Ahí se encontró detrás de un mueble de especias un pasadizo y unos ojos que lo miraban detenidamente. Era aterrador, aquella mirada profunda que permanecía oculta al fondo de la oscuridad lo paralizó del miedo, lo que provocó que el color de su cuerpo entero se vuelva pálido y comenzara a sudar.

—¡AAAAAAAAAAAAH! ¡M-M-M-MONSTRUOOO! — preso del pánico, dejó solamente de gritar cuando de su boca empezó a salir espuma y puso sus ojos en blanco.

—H-Hanamura-san, no soy un monstruo — dijo la persona que le había dado un buen susto.

Era la voz de Nagito.

Movió el mueble que hacía de puerta a un pasadizo secreto y salió de ahí con Yasuke detrás suyo, lo mismo con Miaya y Mukuro que salieron detrás de ellos. Como si nada, caminaron hacia el cocinero que se encontraba en shock y Nagito le puso su mano en el hombro, haciendo que eso lo saque de su trance.

—Esto queda entre nosotros dos, Hanamura-san — sonrió Nagito —. Tú sigue haciendo lo que haces como siempre.

—P-Pero...

—Haz caso, payaso — dijo Yasuke con un tono serio y condescendiente —. Voy a sentarte en la silla eléctrica hasta freírte si algo de esto sale, ¿me oíste?

—¡S-Si! ¡No diré nada!

—Muy bien, que así sea.

Los cuatro caminaron hacia la puerta de salida de la cocina y dejaron al cocinero en medio del lugar solo y en silencio, casi perplejo sobre lo que acababa de suceder. Al cabo de unos pocos segundos, Yasuke volvió a aparecer en la cocina y tomó dos cupcakes que vio en una mesa; se llevó uno a la boca y se escapó inmediatamente con el otro en la mano.

Yasuke corrió de vuelta hacia el grupo y volvió a caminar a la par de ellos, caminando al lado del suertudo. Estiró su mano hacia Nagito y le ofreció el cupcake que había robado hace unos momentos mientras él masticaba todavía el suyo.

—Desayuno improvisado — le dijo el neurólogo con la boca un poco llena y se lo entregó.

—Oh, gracias — agradeció un poco confundido por el repentino regalo y observó el cupcake que le fue entregado. Le dio una mordida y lo saboreó bien. Sus ojos se ensancharon y apareció una sonrisa —. ¡Es muy rico!

—Yo ya terminé mi parte, debo irme — anunció Mukuro y adelantó su paso para alejarse de ellos —. No te olvides del pago, Matsuda.

—Si, si, no lo olvidaré.

Mukuro se alejó de ellos, doblando hacia un pasillo que la dejaba en el baño de chicas para poder cambiarse. Miaya seguía con ellos y comenzó a hablar.