Ciudad secreta de Nidaros, 19 de mayo de 1912
Camino con cuidado a través del pasillo de madera. Estoy en mi edificio, y aun así, aquí en la tranquilidad de mi propio hogar, siento cómo los dos hombres que me acompañan me siguen de cerca sin apartar sus ojos de mi nuca. Es incómodo, pero quejarme no serviría de nada. Eso quedó claro desde el primer momento en el que salí de los corredores arcanos para regresar a Nidaros.
Abro la puerta y entro a mi apartamento. La luz del sol inunda toda la pequeña estancia. en la que mis cosas siguen tal cual como las había dejado. Me giro para ver a mis escoltas con el semblante en blanco.
—Recuerde que mañana debe regresar a las instalaciones de la Cámara Médica para seguir con los estudios —me dice el que tiene la cara como un ratón mientras sus ojos dorados me atraviesan.
—Aunque ha sido dado de alta, por favor, esperamos contar con su mejor disposición, señor Pražak —enfatiza el hombre a su lado, de cabello oscuro y ojos morados.
—Por supuesto —contesto.
Añado una reverencia y cierro la puerta. Me recuesto sobre la madera con pesadez mientras siento la presión de la armonía de los dos hombres aún al otro lado de la pared. Diez minutos después, se marchan. Ya puedo respirar.
Aprieto los ojos y suelto un suspiro largo, uno intoxicado por el aire enrarecido que se había acumulado en mis pulmones. Lo primero que veo al abrir los ojos es mi escritorio impecablemente organizado con los papeles en una pila pequeña y la tinta en frascos bien cerrados. El sello de cera que mi padre me regaló cuando cumplí los dieciocho años reposa tranquilo, tumbado de un costado, mientras el sol le arranca pequeños destellos al oro del que estaba hecho.
Otra tarde sin hacerlo y ya no puedo más. Necesito saber algo, necesito decir algo, y ya es suficiente con la presión de haber completado satisfactoriamente los exámenes sanguíneos.
Tengo que escribirle. Rápidamente me siento, tomo la pluma, y comienzo a redactar...
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«Ciudad secreta de Nidaros, 19 de mayo de 1912:
Distinguido señor Dalka,
Han pasado ya cuarenta días desde la última vez que nos vimos. Cuarenta días que para mí han sido un verdadero calvario, pues en ninguno de ellos he podido estar solo ni por un segundo, y todo gracias a usted. La Cámara Médica del Conservatorio me ha tenido bajo observación directa desde el primer momento en el que regresé a mi casa, y hasta el propio Director de la Orquesta ordenó que se me detuviera bajo sospecha por la muerte de mis compañeros. Situación que, aunque me dolió, entiendo a la perfección, pues ni yo mismo todavía puedo creerme que haya podido ser usted capaz de salvarme la vida sin convertirme en uno de los suyos.
Señor Dalka, ¿acaso sabe usted lo increíblemente doloroso que es un exorcismo? De corazón, espero que no. Es un terrible sufrimiento que, con sinceridad, no le deseo a nadie. Ni siquiera a usted, que pertenece a una clase de criaturas que aún no logro entender, y con la que tradicionalmente hemos tenido relaciones bastante difíciles desde el Conservatorio de Magos, le deseo semejante tortura. Usted de seguro pensará que yo pude haberme negado para preservar mi honor personal intacto, pero verá, señor Dalka, que para mí es más importante incluso preservar el honor mancomunado del apellido que porto con orgullo. Oponerme a los protocolos del Conservatorio no habría sido tan distinto a declarar mi traición a los ideales que los magos de la pureza representamos.
Especialmente cuando todo esto, en realidad, es obra suya.
Espero sepa disculparme si mis palabras le suenan bruscas o groseras. Créame que las intenciones plasmadas en esta carta que cordialmente le escribo no son las de reprocharle nada. Por el contrario, debo decir que ahora puedo ver las cosas con más calma, y por ello le estoy profundamente agradecido por su buena voluntad y su actitud hospitalaria. Espero sepa saber entender y perdonar mi poca cortesía durante mi corta estancia bajo su techo.
Atte.
Stian Pražak»
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Labios de sangre
Romance¡¡Destacada por el perfil oficial @WattpadVampirosES ♥!! Eremia encuentra a Stian herido de muerte. Con un poco de su sangre puede salvarle la vida, pero el gesto puede salir bastante caro, especialmente para Stian. A raíz del suceso, ambos verán su...