Capítulo 47

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Ciudad secreta de Nidaros, 30 de enero de 1925

Cantavellistas, tradicionalistas, magos con máscaras de tres rostros atacando e intimidando a otros magos... En estos últimos tres años, Eremia y yo hemos logrado mantenernos escondidos del radar de locura en el que se ha convertido el Conservatorio. A veces me pregunto si la guerra sangrienta que tanto están vaticinando los videntes no se tratará de una guerra civil entre nosotros mismos.

Eremia está preocupado por mí.

En sus últimas cartas no se ha cansado de pedirme que por favor me vaya a vivir con él, que está a punto de enloquecer por el miedo a que me pase algo, pero yo lo he calmado siempre diciéndole que todo está bien. Una mentira barata que gracias a Dios no se descubre en mis escritos....

Los grupos más radicales de los Cantavellistas quieren comenzar a realizar investigaciones sobre toda aquella persona que consideren sospechosa o susceptible a la traición y al fortalecimiento del enemigo: las criaturas oscuras. Esto ha vuelto a revivir el fuego en torno a mi salvación a manos de un vampiro.

Yngvild ha estado intercediendo por mí, pero con la muerte del director Gotō Katsurō a inicios de año, la batuta había quedado otra vez libre...

Como indica la tradición, el sucesor propuesto por el director Katsurō fue evaluado por la Élite, pero no contó con los dos votos necesarios. Así que la decisión pasó a la Cámara de la Orquesta. Una vez allí, lo peor que pudo haber pasado, ocurrió:

El mago de la élite más popular terminó haciéndose con la mayoría mínima, y tras domar efectivamente la batuta, ésta lo aceptó como nuevo director del Conservatorio. Este mago fue nada más y nada menos que Jean-Baptiste Rêvereaux, el hombre del que nadie deja de hablar.

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«Querido Stian...

Qué día tan oscuro para el Conservatorio de Magos. Qué triste me siento. Mi corazón, ahora más que nunca, se preocupa por ti. Estoy segura que con Rêvereaux como nuevo director, las divisiones entre los magos no harán más que empeorar. No faltará mucho para que la situación se vuelva cada vez más crítica...

No quiero ser pesimista ni alarmista, pero tengo este mal presentimiento en mi corazón que no me deja tranquila; especialmente desde que me enteré de la noticia. Sabes que no le di el voto de mi asiento, pero mi impresión, y la de todos, era que él ganaría al final. Lo supe antes de votar, y lamentablemente me vi con la razón.

Ten cuidado, Stian. Por favor...

Ahora más que nunca te aconsejo que tengas ojos en la espalda.

Ya sabes que estoy feliz por ti, pero me rompería el corazón que algo malo te llegara a pasar si se descubre tu relación con Eremia. Te estaré informando de todo lo que me entere durante las reuniones de la Orquesta...

No tienes que preocuparte. Cuentas con mi amistad incondicional y con mi apoyo, pase lo que pase.

Con amor, Yngvild».




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