HUMANOS (Final)

372 59 48
                                    

<< Aeri >>

Aeri despertó con un sobresalto. Miró a su alrededor, pero en la habitación semioscura no había nadie más que En, su hermana. Su mirada se detuvo en las sombras con formas de estrellas que su lámpara reflejaba sobre el techo y las paredes.

<< Aeri >>

Ahí estaba esa voz de nuevo, llamándola.

Salió de su cama y se asomó por la ventana. Las estrellas parecían más grandes esa noche. Un escalofrío recorrió su cuerpo y se sintió ligera. Llevaba algunos días experimentando esa sensación de estar a punto de desvanecerse. La voz en su cabeza repitió su nombre. Aeri no temía a aquella voz; la conocía, era la misma voz que había estado hablándole en sus sueños a lo largo de su vida.

-¿Qué quieres?

<< Ven >>

Aeri asintió. No sabía a dónde tenía que ir, pero ansiaba con todas sus fuerzas obedecer a aquella voz. Cerró sus ojos y deseó poder ir a donde se le llamaba. Aquella sensación de ligereza volvió y cuando la pequeña abrió los ojos de nuevo, había dejado atrás su habitación.


* * *


Cha Hakyeon despertó en medio de la noche debido al incesante sonido de una llamada entrante.

-¿Diga? -murmuró, aún medio dormido.

-Alguien traspasó el perímetro -la voz agitada de Lee Hongbin anunció al otro lado de la línea.

-¿Qué? -Cha preguntó, despertando completamente-. ¿Quién?

-Creo que eres el tutor legal de la pequeña invasora.

Los ojos de Hakyeon se redondearon. Abandonó el calor de sus sábanas de inmediato y corrió hasta la habitación contigua. La cama de una de sus hijas estaba vacía.

-¡Se teletransportó! -Cha exclamó en voz baja y no pudo evitar que una enorme sonrisa llena de orgullo se dibujara sobre sus labios-. Voy para allá.

Cha corrió a su habitación y se apresuró a vestirse.

Durante los últimos años había sido testigo de los extraordinarios dones que Aeri desarrollaba. El agua había sido el primer elemento en reconocerla, cuando tan solo tenía cuatro años de edad. Y a medida que el tiempo transcurría, más control sobre las fuerzas y los elementos se fueron sumando. Hoy, al parecer, había completado el círculo, siendo capaz de teletransportar su propia materia cientos de kilómetros hasta el lugar más protegido por la humanidad.


* * *


Bosque del guardián.
Antiguo desierto de Gobi, China.


A pesar del espeso follaje de los árboles, Aeri fue capaz de mirar el cielo que oscurecía de una forma inusual. Sabía que no debía mirarlo directamente, pero no quería perderse una vista tan mágica como aquella.

<< Vemos el mismo cielo, pero estamos sobre diferentes suelos. Es momento de encontrarnos, Aeri >>

Aeri despegó la mirada de los astros que jugaban a las escondidas en el cielo y siguió con determinación el llamado de aquella voz tan familiar.

Cuando estuvo frente a un enorme árbol cuya silueta emitía destellos dorados, su mirada se fijó en las brillantes marcas como cristales que formaban un círculo al centro del tronco. Conocía todos aquellos símbolos, su padre se los había mostrado.

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora