ESPECIAL IV: VIENTO AZUL

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Lo primero que -durante su corta estadía en la Tierra- había puesto a Sehun en una situación de exaltación y había despertado su hambre fue el olor de Luhan. Guiado por un instinto animal, el guardián del viento había absorbido un pequeño extracto del placer y como un niño al que se le da un objeto brillante, por muchos días creyó estar en la cima, cuando realmente le faltaba mucho camino por recorrer. Días después de probar la piel de Luhan, conoció un orgasmo; una especie de arrebato entre sensaciones. Por lo que se dedicó a explorar el cuerpo de su compañero, experimentado, con el objetivo de conocer los límites. Intentaba no forzar las situaciones, no debía, ya que Luhan parecía demasiado débil cuando se dejaba arrastrar por la agitación del contacto físico.

Todas las supresiones terminaron en la pequeña América Central


* * *


San José, Costa Rica
Día 40, 03:07 hrs.


-¿Ves esa? -exclamó Luhan, casi a gritos, señalando la "estrella" más brillante en el cielo. Estaban en la azotea del edificio en donde se hospedaban, a muy temprana hora de la madrugada, filosofando sobre la vida, rodeados de un ensordecedor viento.

-Sí -dijo Sehun, asintiendo seriamente.

Luhan le echó un vistazo a su compañero y puso su mano en la barbilla del guardián del viento como si enmarcara su rostro. Sehun sonrió genuinamente, ese era el acuerdo, cada vez que Sehun se mostrara taciturno, o cuando las arrugas surcaran sus cejas, Luhan pondría su mano en su barbilla para recordarle que debía sonreír y entonces el serio guardián sonreiría, volviendo su rostro más joven y amigable.

Luhan se abrazó a la cintura de su compañero y dejó que este le rodeara la espalda con sus largos brazos.

La brisa nocturna tenía su rostro bastante frío, pero la hermosa vista desde la oscura azotea lo compensaba. Realmente ninguno tenía autorización para estar ahí y la puerta que daba al tejado estaba bien cerrada, pero para Luhan, al igual que para Baekhyun, no existían puertas que estuvieran realmente cerradas.

-Sehun -Luhan llamó a su nombre con voz melodiosa.

Y el alto guardián buscó de inmediato el rostro de su chico. Murmuró llevando su índice a la sien de Luhan y recorriendo sus cejas.

-¿Crees que podremos completar la misión?

-Espero que sí -respondió Sehun, aunque tenía serias dudas. Aún sospechaba que los líderes interplanetarios los habían enviado a la Tierra con una doble intención.

-Yo creo que sí -afirmó Luhan sonriendo como un niño entre los brazos de Sehun, quien lo miró con ternura y le acarició el cabello.

Las caricias de Sehun eran suaves y reconfortantes, como una ligera brisa veraniega, y, sin proponérselo, hacían vibrar las tripas de Luhan y enviaban pequeñas corrientes de calor a sus partes más íntimas. Razones por las que Luhan se precipitó hacia la boca de Sehun para poner un beso desesperado con un leve sabor frutal y metálico.

Sehun apretó más sus brazos alrededor de Luhan, devolviéndole el beso como era debido, hasta que los labios de ambos pasaron de su natural color rosa a un rojo muy oscuro. -Volvamos adentro.

* * *


Al otro lado de la ventana no había más que un puñado de estrellas pegadas al negro que se perdía en el espacio al que los humanos llamaban cielo.
Cuando Sehun volvió del cuarto de baño listo para dormir, se encontró a Luhan, sentado en la orilla de la cama que compartían. Tenía los pies en el suelo y las manos juntas en su regazo. Se veía ansioso. El guardián del viento entrecerró sus ojos y ladeó un poco su cabeza hacia la izquierda.

HUMANO ~EXO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora